11/05/2018, 12:33
Para Daruu la experiencia era muy diferente. Él intentaba mantener los ojos cerrados, no porque le molestase el viento que les daba en la cara, y la nieve que salpicaba contra los pies de Hibagon, no. Sino porque si los abría tendría que soportar pensar que se iba a abrir la cabeza contra todos y cada uno de los árboles que Hibagon sorteaba. A Daruu también se le hinchaban los cachetes, pero él no tenía la boca abierta. La tenía cerrada, y su tono de piel, que estaba adquiriendo un nada saludable color azul, indicaba que lo hacía porque si no les vomitaría encima.
Finalmente, llegó un punto en el que Hibagon ahogó un grito. Daruu abrió los ojos entonces, porque si Hibagon ahogaba un grito...
—PROBLEMA DELANTE.
—¿¡El qué!? No veo...
Lo vio entonces.
—PROBLEMA SER RAMPA.
Se dirigían directamente a una rampa en medio de la ladera de la montaña, un saliente que ascendía y acababa en un corte mortal. Hibagon trató de girar plantando los pies en lateral, pero resbaló y acabó cayendo de espaldas. Con esto, también los soltó. Daruu y Kaido cayeron encima del Yeti, que ahora se había convertido en una especie de tabla de esquí literal. Con mucho pelo.
Hibagon, Kaido y Daruu hicieron una acrobacia magnífica en la rampa, surcando el cielo.
Daruu se levantó, dolorido. Kaido estaba varios metros allá, igual de magullado. Se sacudió la nieve y buscó a Hibagon. El Yeti estaba a diez metros de ellos. Tenía una herida en un costado, pero no parecía grave. Reía como un niño pequeño.
—¿¡Hibagon, estás bien!?
—¡NO HABER ESTADO MEJOR NUNCA, NUNCA! ¡DIVERTIDO! ¿PODER REPETIR?
—¡No, absolutamente no! ¡Casi nos matamos! —exclamó Daruu. Se acercó a Kaido—. Eh, amigo, ¿puedes ponerte en pie?
Finalmente, llegó un punto en el que Hibagon ahogó un grito. Daruu abrió los ojos entonces, porque si Hibagon ahogaba un grito...
—PROBLEMA DELANTE.
—¿¡El qué!? No veo...
Lo vio entonces.
—PROBLEMA SER RAMPA.
Se dirigían directamente a una rampa en medio de la ladera de la montaña, un saliente que ascendía y acababa en un corte mortal. Hibagon trató de girar plantando los pies en lateral, pero resbaló y acabó cayendo de espaldas. Con esto, también los soltó. Daruu y Kaido cayeron encima del Yeti, que ahora se había convertido en una especie de tabla de esquí literal. Con mucho pelo.
Hibagon, Kaido y Daruu hicieron una acrobacia magnífica en la rampa, surcando el cielo.
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Daruu se levantó, dolorido. Kaido estaba varios metros allá, igual de magullado. Se sacudió la nieve y buscó a Hibagon. El Yeti estaba a diez metros de ellos. Tenía una herida en un costado, pero no parecía grave. Reía como un niño pequeño.
—¿¡Hibagon, estás bien!?
—¡NO HABER ESTADO MEJOR NUNCA, NUNCA! ¡DIVERTIDO! ¿PODER REPETIR?
—¡No, absolutamente no! ¡Casi nos matamos! —exclamó Daruu. Se acercó a Kaido—. Eh, amigo, ¿puedes ponerte en pie?
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)