29/08/2015, 19:04
La mañana estaba siendo demasiado tranquilo, hasta el punto de que se podía tratar de algo inusual, tanto que una extraña sensación empezaba a recorrer mi cuerpo sin saber exactamente de qué se trataba. Por supuesto no era algo a lo que le daba importancia, era un cosquilleo, constante pero para nada molesto. Así que seguí haciendo lo que hacia, osea relajarme al lado de aquel cerezo.
Hasta que se desató la tormenta. O más bien dicho hasta que algo cayó sobre mi cabeza bajo un gran estruendo. El golpe fue duro y seco, tanto que acabé prácticamente con la espalda doblada y mi mejilla derecha pegada al suelo. Entre gemidos de dolor llevé mis manos hacia la parte superior de mi cabeza, fregándola suavemente y torciendo el gesto tratando de aliviar aquella sensación.
Pude oír como no era el único que estaba dolorido.
-Ostia puta-
En cuanto alcé la vista vi a mi alrededor un pequeño tigre blanco con rayas negras y un chico de cabellos blancos como los del tigre y del cual emanaba una cola idéntica a la del felino.
*Reiji..*
Se trataba del chico de la academia, aquel de mi misma promoción que hablaba raro y siempre iba con ese animal a cuestas. Lo vi por última vez aquel día en el Estadio de la aldea. Un encuentro singular, sin duda.
-¿Qué tal si miras por donde vas? Menuda ostia..-
Hasta que se desató la tormenta. O más bien dicho hasta que algo cayó sobre mi cabeza bajo un gran estruendo. El golpe fue duro y seco, tanto que acabé prácticamente con la espalda doblada y mi mejilla derecha pegada al suelo. Entre gemidos de dolor llevé mis manos hacia la parte superior de mi cabeza, fregándola suavemente y torciendo el gesto tratando de aliviar aquella sensación.
Pude oír como no era el único que estaba dolorido.
-Ostia puta-
En cuanto alcé la vista vi a mi alrededor un pequeño tigre blanco con rayas negras y un chico de cabellos blancos como los del tigre y del cual emanaba una cola idéntica a la del felino.
*Reiji..*
Se trataba del chico de la academia, aquel de mi misma promoción que hablaba raro y siempre iba con ese animal a cuestas. Lo vi por última vez aquel día en el Estadio de la aldea. Un encuentro singular, sin duda.
-¿Qué tal si miras por donde vas? Menuda ostia..-
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa