12/05/2018, 10:05
El chico pareció creerla de forma parcial, pues consintió que su extraño comportamiento de ese día continuase a excepción de si se mareaba o algo. Ella no estaba enferma, la cosa es que no sabía lo que le ocurría. Era extraño, como si algo en su pecho se oprimiese y luego volviese en forma de gusanitos recorriéndole el estómago, y todo aquello solo de pensar en aquel chico.
¡Pero si hasta hacía dos días estaban normal! ¿Qué era? ¿Pasar tiempo con alguien? Porque había pasado mucho tiempo con Datsue y no se sentía así, aunque con la fama que tenía el chico... Y no hablar de ninguno de sus hermanos. ¡Son sus hermanos!
— A ver, Eri-chan, Eri-hime, Eri-sama, ¿crees que iría así vestido con cualquier otra persona que no fueses tú? Pues claro que no. En parte es porque estás tan deslumbrante que nadie se fijara en mi, pero, también es porque contigo iría al fin del mundo incluso con esta ropa. Así que vamos va, a la fiesta.
—V-vale... —murmuró, volviendo a enrojecer lentamente.
Aquella contestación estaba dentro del normal que Nabi solía decirle, entonces... ¿Por qué le latía tan rápido el corazón? ¡Que sensación tan desagradable! Ella quería hablar normal con él, quería estar normal, ¿por qué no podía? La situación no mejoró cuando él la tomó la mano, pero ya le dio igual, con latidos y enrojecimiento, ambos fueron al festival.
La fiesta se extendía por todo el jardín de cerezos, donde, al lado derecho del camino empedrado; había todo tipo de puestos: de caretas, de comida, de juegos donde se agrupaban los más pequeños a conseguir algún premio. La gente paseaba distraída mientras los ancianos estaban sentados en los bancos que encontraban. Había gente tumbada en el fresco césped para descansar, y todos, absolutamente todos, estaban vestidos para la ocasión.
Eri miró de reojo a su acompañante, inquieta.
—¿Qué te gustaría hacer primero? —preguntó, indecisa, hasta que su estómago habló por ella con un triste y hambriento gruñido —. Yo... Creo que deberíamos comer algo.
¡Pero si hasta hacía dos días estaban normal! ¿Qué era? ¿Pasar tiempo con alguien? Porque había pasado mucho tiempo con Datsue y no se sentía así, aunque con la fama que tenía el chico... Y no hablar de ninguno de sus hermanos. ¡Son sus hermanos!
— A ver, Eri-chan, Eri-hime, Eri-sama, ¿crees que iría así vestido con cualquier otra persona que no fueses tú? Pues claro que no. En parte es porque estás tan deslumbrante que nadie se fijara en mi, pero, también es porque contigo iría al fin del mundo incluso con esta ropa. Así que vamos va, a la fiesta.
—V-vale... —murmuró, volviendo a enrojecer lentamente.
Aquella contestación estaba dentro del normal que Nabi solía decirle, entonces... ¿Por qué le latía tan rápido el corazón? ¡Que sensación tan desagradable! Ella quería hablar normal con él, quería estar normal, ¿por qué no podía? La situación no mejoró cuando él la tomó la mano, pero ya le dio igual, con latidos y enrojecimiento, ambos fueron al festival.
La fiesta se extendía por todo el jardín de cerezos, donde, al lado derecho del camino empedrado; había todo tipo de puestos: de caretas, de comida, de juegos donde se agrupaban los más pequeños a conseguir algún premio. La gente paseaba distraída mientras los ancianos estaban sentados en los bancos que encontraban. Había gente tumbada en el fresco césped para descansar, y todos, absolutamente todos, estaban vestidos para la ocasión.
Eri miró de reojo a su acompañante, inquieta.
—¿Qué te gustaría hacer primero? —preguntó, indecisa, hasta que su estómago habló por ella con un triste y hambriento gruñido —. Yo... Creo que deberíamos comer algo.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)