15/05/2018, 21:48
Mientras Karamaru y Mogura hablaban tras unos arbustos, Keisuke se lanzó solo a apoyar e intentar salvar la vida de Aki. La sorpresa del ataque pegajoso les duró poco a los mercenarios. El que empuñaba el arco, al ver que no podía apuntar a la kunoichi se giró en busca de su nuevo objetivo. Esta vez no buscaba dar en ningún lugar determinado, sencillamente soltó la flecha en cuanto vio probable que diese a su objetivo y procedió a practicarse un torniquete en su extremidad herida mientras se disipaba el humo.
El lancero se lo pensó menos y lanzó varios ataques a ciegas a donde creía que podría estar el shinobi. La chunin reconoció la voz y que decía No Jutsu, así que lo mejor sería apartarse, y de puro instinto apoyó un pie para impulsarse a un lado, saliendo de la nube de humo justo por el lado por el que iba a entrar Keisuke. Sin embargo, como el genin se daría cuenta en seguida, la mujer no estaba en condiciones de moverse ni un ápice. Si intentaba cargar con ella se daría cuenta de que apenas podía arrastrarla y con mucho esfuerzo. Estaban en medio de un claro, con un arquero como enemigo, que en breves tendría una excelente visión de su posición.
Su superior se desangraba, sus compañeros ni se habían dignado a seguirle, además, tenía un par de cortes en la pierna derecha, ¿de la flecha? ¿de la lanza? Probablemente de ambas, por entrar vociferando al campo de batalla. Tenía unos preciosos segundos que aprovechar o desperdiciar por delante.
El lancero se lo pensó menos y lanzó varios ataques a ciegas a donde creía que podría estar el shinobi. La chunin reconoció la voz y que decía No Jutsu, así que lo mejor sería apartarse, y de puro instinto apoyó un pie para impulsarse a un lado, saliendo de la nube de humo justo por el lado por el que iba a entrar Keisuke. Sin embargo, como el genin se daría cuenta en seguida, la mujer no estaba en condiciones de moverse ni un ápice. Si intentaba cargar con ella se daría cuenta de que apenas podía arrastrarla y con mucho esfuerzo. Estaban en medio de un claro, con un arquero como enemigo, que en breves tendría una excelente visión de su posición.
Su superior se desangraba, sus compañeros ni se habían dignado a seguirle, además, tenía un par de cortes en la pierna derecha, ¿de la flecha? ¿de la lanza? Probablemente de ambas, por entrar vociferando al campo de batalla. Tenía unos preciosos segundos que aprovechar o desperdiciar por delante.