17/05/2018, 13:20
Y Ayame volvió a juntar las manos.
—¡Sí, pero no dejes que sepa lo mío, por favor! —volvió a rogar, a la desesperada.
—No, no, tranquila —rio Daruu.
Los ojos de Daruu y Ayame se quedaron fijos los unos en los otros durante un momento. Al final, los dos apartaron las miradas ruborizados y se centraron en lo que les quedaba de cena. Daruu fue inconsciente de que Ayame volvía a mirarle.
—Oye, después de cenar... ¿quieres que demos una vuelta juntos o algo...? —preguntó la muchacha. Esta vez fue él el que levantó la mirada.
—¿Eh? —balbuceó Daruu—. C... claro. No tengo nada m-mejor que hacer. Y no... no tengo por qué separarme tan pronto de ti. M-me gusta estar c-contigo.
—¡Sí, pero no dejes que sepa lo mío, por favor! —volvió a rogar, a la desesperada.
—No, no, tranquila —rio Daruu.
Los ojos de Daruu y Ayame se quedaron fijos los unos en los otros durante un momento. Al final, los dos apartaron las miradas ruborizados y se centraron en lo que les quedaba de cena. Daruu fue inconsciente de que Ayame volvía a mirarle.
—Oye, después de cenar... ¿quieres que demos una vuelta juntos o algo...? —preguntó la muchacha. Esta vez fue él el que levantó la mirada.
—¿Eh? —balbuceó Daruu—. C... claro. No tengo nada m-mejor que hacer. Y no... no tengo por qué separarme tan pronto de ti. M-me gusta estar c-contigo.