18/05/2018, 09:43
—No te ofendas, pero esto esta muy muy muy mal cuidado, no es que estén abandonadas, es que parece que las gentes de este lugar las han olvidado hasta el punto de que da pena verlo. No sé, parece un monumento nacional, que menos que cuidarlo de vez en cuando…
—Vaya...
Al joven no le faltaba razón, sin lugar a dudas, y eso entristeció a la kunoichi. Si ella estuviera al cargo de ese lugar le daría una limpieza o dos, pero claro, no era su deber hacerlo.
Entonces el chico comenzó a explicar que él había venido desde muy lejos para visitar aquel lugar, y por ello no quería quedarse con las ganas. Ella secundaba la moción, contenta.
—En verdad, si nos sentimos mal siempre podemos ir a preguntar —respondió la kunoichi —. Pero... Por una simple ojeada a lo mejor no nos dicen nada, ¿no?
Sonrió.
—Mi nombre es Uzumaki Eri, un placer —terminó por presentarse —. Demos una vuelta por la casa, a ver si encontramos algo por donde colarnos...
—Vaya...
Al joven no le faltaba razón, sin lugar a dudas, y eso entristeció a la kunoichi. Si ella estuviera al cargo de ese lugar le daría una limpieza o dos, pero claro, no era su deber hacerlo.
Entonces el chico comenzó a explicar que él había venido desde muy lejos para visitar aquel lugar, y por ello no quería quedarse con las ganas. Ella secundaba la moción, contenta.
—En verdad, si nos sentimos mal siempre podemos ir a preguntar —respondió la kunoichi —. Pero... Por una simple ojeada a lo mejor no nos dicen nada, ¿no?
Sonrió.
—Mi nombre es Uzumaki Eri, un placer —terminó por presentarse —. Demos una vuelta por la casa, a ver si encontramos algo por donde colarnos...