19/05/2018, 00:31
—No, no, no, no, no, ¡no, no, no!. Era para verlo, Nabi, para verlo, por favor, no quiero participar... . Te prometo que te haré un concierto privado solo para ti, pero hoy no voy a participar en ningún sitio.
Iba a objetar, tenía miles de oraciones en mi mente para rechazar toda oposición a la genial idea de participar, sin embargo, la idea de un concierto privado de Eri entró con fuerza entre mis dos neuronas. Un concierto privado de la chica más hermosa de Uzushiogakure. De repente, mi mente empezó a jugarme malas pasadas, Eri bailaba sensualmente con poca ropa y sugerente lencería mientras cantaba una erotica canción cargada de pasión. Sacudí levemente mi cabeza para resintonizar mi cerebro.
—Solo quiero estar contigo... Relajarnos, pasar un rato juntos... ¿es tanto pedir, Nabi-kun?
— Está bien, pero te tomo la palabra. Aunque podríamos haber ganado cualquiera que sea el premio de ese concurso con los ojos cerrados y tocando el piano solo con los dedos meñiques de los pies. Vamos va.
Tiré de ella en la dirección que se suponía que era el concurso, íbamos a ver a una panda de novatos intentando hacer algo divertido en vez de darle una paliza a esos mismos novatos. Pero así tampoco teníamos que estresarnos, y yo había ganado un concierto privado.
Iba a objetar, tenía miles de oraciones en mi mente para rechazar toda oposición a la genial idea de participar, sin embargo, la idea de un concierto privado de Eri entró con fuerza entre mis dos neuronas. Un concierto privado de la chica más hermosa de Uzushiogakure. De repente, mi mente empezó a jugarme malas pasadas, Eri bailaba sensualmente con poca ropa y sugerente lencería mientras cantaba una erotica canción cargada de pasión. Sacudí levemente mi cabeza para resintonizar mi cerebro.
—Solo quiero estar contigo... Relajarnos, pasar un rato juntos... ¿es tanto pedir, Nabi-kun?
— Está bien, pero te tomo la palabra. Aunque podríamos haber ganado cualquiera que sea el premio de ese concurso con los ojos cerrados y tocando el piano solo con los dedos meñiques de los pies. Vamos va.
Tiré de ella en la dirección que se suponía que era el concurso, íbamos a ver a una panda de novatos intentando hacer algo divertido en vez de darle una paliza a esos mismos novatos. Pero así tampoco teníamos que estresarnos, y yo había ganado un concierto privado.
—Nabi—