19/05/2018, 23:20
Pero Daruu no parecía entenderla. Sus ojos la contemplaron como si estuviese hablando algún tipo de idioma extraño e incomprensible.
—¿Eh? Esto sólo son figuritas para aficionados a la vida militar, supongo —respondió, pero Ayame, no convencida con aquello, intercambiaba el peso de una pierna a otra con el gesto torcido—. No son nada malo. No entiendo tus preocupaciones. Nuestros padres serán ninjas famosos. Lo de la pastelería... Buah, seguramente se conozca que mamá era kunoichi y ahora tiene una pastelería, y además, ¡sus bollitos de vainilla son legendarios! —exclamó con orgullo.
—En eso tienes razón o, si no, que se lo digan a Kōri —rio ella.
Pero el rostro de Daruu se ensombreció.
—Bueno... lo eran —añadió, apesadumbrado.
Y Ayame hundió los hombros al recordar las delicadas circunstancias por las que estaba pasando la legendaria pastelera. Se acercó a Daruu, le apoyó una mano en el hombro y se obligó a esbozar una sonrisa reconfortante.
—Y seguirán siéndolo —le dijo, intentando animarle—. Tu madre es increíblemente inteligente, ¡dentro de nada dominará la ecolocalización mejor que yo y estará haciendo bollitos de nuevo! ¡Ya lo verás!
—¿Eh? Esto sólo son figuritas para aficionados a la vida militar, supongo —respondió, pero Ayame, no convencida con aquello, intercambiaba el peso de una pierna a otra con el gesto torcido—. No son nada malo. No entiendo tus preocupaciones. Nuestros padres serán ninjas famosos. Lo de la pastelería... Buah, seguramente se conozca que mamá era kunoichi y ahora tiene una pastelería, y además, ¡sus bollitos de vainilla son legendarios! —exclamó con orgullo.
—En eso tienes razón o, si no, que se lo digan a Kōri —rio ella.
Pero el rostro de Daruu se ensombreció.
—Bueno... lo eran —añadió, apesadumbrado.
Y Ayame hundió los hombros al recordar las delicadas circunstancias por las que estaba pasando la legendaria pastelera. Se acercó a Daruu, le apoyó una mano en el hombro y se obligó a esbozar una sonrisa reconfortante.
—Y seguirán siéndolo —le dijo, intentando animarle—. Tu madre es increíblemente inteligente, ¡dentro de nada dominará la ecolocalización mejor que yo y estará haciendo bollitos de nuevo! ¡Ya lo verás!