2/09/2015, 02:33
Parecía que el enojo del chico calvo seria pasajero, puesto que procedió a disculparse por su actitud en cuanto vio que el Ishimura se reincorporo. Se presento a sí mismo como Habaki Karamaru mientras hacia un saludo formal y extendía la mano.
«Parece alguien normal, excepto por que es calvo y porque esta vestido muy raro y por que saluda de forma extraña… Un momento» —un pensamiento cruzo su mente.
—Un gusto Habaki Karamaru, mi nombre es Ishimura Kazuma y soy un shinobi de Uzushio. Me encuentro de paso por esta zona y he escuchado rumores sobre alguien de aspecto curioso que se la pasa amedrentando a los lugareños cuando pasan por la playa.
—¿Sabrás algo al respecto? —el peliblanco omitió de manera adrede el hecho de que la descripción física de dicho rufián encajaba bastante bien con la del chico que tenía enfrente. También dejo fuera de sus palabras el que sus sospechas estuvieran también apuntadas hacia él.
En realidad la situación era simple, al menos en la mente del ojosgrises. Puesto que si resultaba no ser el truhan quizás hasta pudiesen congeniar. Pero en la verdad es que esperaba que lo fuera, y de que esa forma pudiera darle un escarmiento o aun mejor golpearlo hasta que sintiera arrepentimiento.
Todo dependería de cómo el chico respondiera ante él.
«Parece alguien normal, excepto por que es calvo y porque esta vestido muy raro y por que saluda de forma extraña… Un momento» —un pensamiento cruzo su mente.
—Un gusto Habaki Karamaru, mi nombre es Ishimura Kazuma y soy un shinobi de Uzushio. Me encuentro de paso por esta zona y he escuchado rumores sobre alguien de aspecto curioso que se la pasa amedrentando a los lugareños cuando pasan por la playa.
—¿Sabrás algo al respecto? —el peliblanco omitió de manera adrede el hecho de que la descripción física de dicho rufián encajaba bastante bien con la del chico que tenía enfrente. También dejo fuera de sus palabras el que sus sospechas estuvieran también apuntadas hacia él.
En realidad la situación era simple, al menos en la mente del ojosgrises. Puesto que si resultaba no ser el truhan quizás hasta pudiesen congeniar. Pero en la verdad es que esperaba que lo fuera, y de que esa forma pudiera darle un escarmiento o aun mejor golpearlo hasta que sintiera arrepentimiento.
Todo dependería de cómo el chico respondiera ante él.