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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#6
—He venido a pedirle autorización para resolver yo mismo un problema que incide directamente en el futuro de nuestro clan, o al menos de los miembros que estén estrictamente vinculados a mí como ninja de Amegakure no satou —admitió con convicción—. pero antes déjeme contarle un poco acerca de nosotros.

Yui retiró la silla del escritorio lentamente. Lejos de actuar con la cólera que la caracterizaba, se sentó despacio, se inclinó sobre su escritorio y apoyó los codos en él, tapándose la boca con las manos.

—Continúa, por favor.

La mujer permaneció impasible mientras Kaido relataba la historia de su grupo. Por supuesto, ella ya los conocía. Los conocía de sobra. No es como si no estuviera vigilando cada paso que dieran. Pero ahora él estaba prácticamente admitiendo que...

Cuando Kaido miró a Yui, la vio tranquila. Pero también vio algo más. La tormenta misma, que bailaba como una nube de relámpagos en los ojos azules de Yui. El fuego interior, avivado, que podía comerse a todos y a todo.

Era una ira mucho más primitiva, una ira interior. Una que no se exteriorizaba. Pero estaba ahí.

—Eres muy valiente, Umikiba Kaido —dijo, tras unos largos minutos de silencio.

»Bien. Quiero que tú mismo nos conduzcas esta noche a cada rincón donde se escondan esas ratas. Liderarás el escuadrón que cortará sus gargantas mientras duermen.
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Mensajes en este tema
RE: Entre el deber y la traición - por Amekoro Yui - 22/05/2018, 23:30


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