24/05/2018, 16:49
—Esto es... ¿el infierno?
Dejó escapar un pesado suspiro antes de agitar su cantimplora boca abajo intentando que saliera algo de agua, pero no había nada dentro, ni una misera gota.
El chico miró hacia el cielo con resignación mientras descansaba recostado sobre su bolsa de viaje en la rama de un árbol. Sabía que podía resistir un tiempo más sin agua, pero cada segundo allí le parecían años de tortura.
—Voy a morir, necesito agua...
Como si se tratara del bosque respondiendo a sus plegarias, Daigo pudo escuchar lo que parecía ser agua chocando con varias ramas bajo él.
El agua subió y subió hasta que finalmente alcanzó la rama donde descansaba el peliverde, golpeándola y haciendo que el chico cayera unos pocos metros antes de que consiguiera que su mano se adhiera a la rama de otro árbol.
—Menuda suerte. —dijo antes de estirar la otra mano para atrapar su bolsa.
Miró hacia abajo durante unos segundos, buscando la fuente de aquella torrente de agua antes de dar con una chica que parecía disfrutarlo, y se dejó caer cerca de ella.
—¿Va todo bien?
Daigo mostraba una sonrisa mientras hablaba, pero en su interior se esforzaba en esconder que no estaba del todo contento.
Dejó escapar un pesado suspiro antes de agitar su cantimplora boca abajo intentando que saliera algo de agua, pero no había nada dentro, ni una misera gota.
El chico miró hacia el cielo con resignación mientras descansaba recostado sobre su bolsa de viaje en la rama de un árbol. Sabía que podía resistir un tiempo más sin agua, pero cada segundo allí le parecían años de tortura.
—Voy a morir, necesito agua...
Como si se tratara del bosque respondiendo a sus plegarias, Daigo pudo escuchar lo que parecía ser agua chocando con varias ramas bajo él.
El agua subió y subió hasta que finalmente alcanzó la rama donde descansaba el peliverde, golpeándola y haciendo que el chico cayera unos pocos metros antes de que consiguiera que su mano se adhiera a la rama de otro árbol.
—Menuda suerte. —dijo antes de estirar la otra mano para atrapar su bolsa.
Miró hacia abajo durante unos segundos, buscando la fuente de aquella torrente de agua antes de dar con una chica que parecía disfrutarlo, y se dejó caer cerca de ella.
—¿Va todo bien?
Daigo mostraba una sonrisa mientras hablaba, pero en su interior se esforzaba en esconder que no estaba del todo contento.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.