24/05/2018, 23:34
Era una agradable mañana de verano. El calor característico de la estación se mostraba misericordioso; por el momento, al menos. Era un buen momento para salir a la calle, dar un paseo tranquilo y disfrutar de la brisa, los besos del sol y en definitiva la majestuosidad estival.
¿Y qué mejor manera de disfrutar del tiempo que llevando a cabo una misión? «Se me ocurren muchas, pero necesito comer, y si no trabajo no cobro». Con ese argumento bajo el brazo, Kojima Karma atravesó la puerta de bambú y se introdujo en el edificio del Uzukage.
A pesar de su resignación habitual, la muchacha estaba de buen humor aquella mañana. La recepción estaba repleta de gente y la kunoichi debía de hacer cola, pero no le importó. La fémina tomó asiento en un espacio libre de uno de los bancos a la par que tarareaba una canción en voz baja. Aguardó, cruzada de brazos, hasta que fue su turno.
—Buenos días —saludó al encargado—. Mi nombre es Kojima Karma, genin. ¿Hay alguna misión que se me pueda asignar?
¿Y qué mejor manera de disfrutar del tiempo que llevando a cabo una misión? «Se me ocurren muchas, pero necesito comer, y si no trabajo no cobro». Con ese argumento bajo el brazo, Kojima Karma atravesó la puerta de bambú y se introdujo en el edificio del Uzukage.
A pesar de su resignación habitual, la muchacha estaba de buen humor aquella mañana. La recepción estaba repleta de gente y la kunoichi debía de hacer cola, pero no le importó. La fémina tomó asiento en un espacio libre de uno de los bancos a la par que tarareaba una canción en voz baja. Aguardó, cruzada de brazos, hasta que fue su turno.
—Buenos días —saludó al encargado—. Mi nombre es Kojima Karma, genin. ¿Hay alguna misión que se me pueda asignar?