25/05/2018, 17:46
—Puedes llamarme Riko en vez de Senju, se me hace algo raro ¿No es grave, no?
—No, Riko, no es grave —informó la chica, mientras seguía con el tratamiento —. Pero lo que más recomiendo es que Eri descanse por ahora hasta que la herida cicatrice, así lo hará más rápido y podréis entrenar de nuevo.
Se rascó la nuca brevemente antes de seguir durante unos minutos más, luego procedió a vendar la zona afectada con mimo y esmero, todo lo contrario a lo que parecía ser cuando hablaba con su hermana menor.
—Bien, ya está, puedes calzarte —dijo Hotaru —Ahora vete a casa a descansar, si no no mejorarás para el chuunin...
Eri dejó escapar un gritillo y miró a Riko con los ojos nublados.
—¡Riko-san! —gimoteó ella —. ¡Hay que descansar! —exclamó mientras se volvía a poner la bota y volvía a soportarse sobre las dos piernas —. Gracias, Hotaru-oneesan.
La mayor solo la fulminó con la mirada, luego sacó de su bata una piruleta y se la tendió a Riko.
—Toma, por aguantar a mi hermana.
Ella hizo una pose dramática.
—¡Yo también quiero!
—Para ti no, por mala, seguro que fue tu culpa por lo que el encantador de Riko probablemente te clavase el kunai.
Aquello cada vez era más surrealista.
—No, Riko, no es grave —informó la chica, mientras seguía con el tratamiento —. Pero lo que más recomiendo es que Eri descanse por ahora hasta que la herida cicatrice, así lo hará más rápido y podréis entrenar de nuevo.
Se rascó la nuca brevemente antes de seguir durante unos minutos más, luego procedió a vendar la zona afectada con mimo y esmero, todo lo contrario a lo que parecía ser cuando hablaba con su hermana menor.
—Bien, ya está, puedes calzarte —dijo Hotaru —Ahora vete a casa a descansar, si no no mejorarás para el chuunin...
Eri dejó escapar un gritillo y miró a Riko con los ojos nublados.
—¡Riko-san! —gimoteó ella —. ¡Hay que descansar! —exclamó mientras se volvía a poner la bota y volvía a soportarse sobre las dos piernas —. Gracias, Hotaru-oneesan.
La mayor solo la fulminó con la mirada, luego sacó de su bata una piruleta y se la tendió a Riko.
—Toma, por aguantar a mi hermana.
Ella hizo una pose dramática.
—¡Yo también quiero!
—Para ti no, por mala, seguro que fue tu culpa por lo que el encantador de Riko probablemente te clavase el kunai.
Aquello cada vez era más surrealista.