27/05/2018, 21:29
Un paso. Y otro paso. Y otro más. En los libros de aventuras, escoltar a un noble estaba lleno de peligros, acción y emocionantes batallas. En la cruda realidad, la mayoría de las veces, se limitaban a andar. Andar y andar hasta tener callos en los pies.
No es que Datsue hubiese preferido tener que enfrentarse a unos bandidos, claro. Su naturaleza asustadiza elegía mil veces aquella aburrida caminata que cualquier confrontación en la que se viese obligado a intervenir. No obstante, hubiese deseado tener al menos un caballo, como los soldados, para poder ir más descansado bajo aquel sofocante sol.
—Akame, ¿cuánto decías que fal…? —se interrumpió a media pregunta, en cuanto distinguió un grupo de personas en el camino. Por suerte, no parecían un peligro.
Cuando estuvieron más cerca, aparte de la pobreza que saltaba a la vista que padecían, se fijó en los vendajes que tenían los hombres. Uno incluso un cabestrillo. «¿Qué coño…?» ¿Acaso habían atacado el pueblo dónde vivían? ¿Tendría alguna relación con el padre de Makoto, el noble que había intentado conspirar contra Iekatsu? ¿Pertenecerían a uno de sus pueblos, arrasado por la venganza? ¿O simplemente estaba divagando demasiado, como acostumbraba a hacer?
—¡Mis señores! ¡Mis señores, por favor!
Una mujer se salió del grupo, en lo que en un primer momento él creyó era para pedir limosna. Nada más lejos de la realidad. O quizá, dependiendo de cómo se mirase, tan solo una media verdad. Lo que ella pretendía era…
—¡Mozos! ¡Mozos, tengan compasión! ¿Me comprarían ustedes a mi hija?
—¿Q-qué? —¿Había preguntado lo que creía había preguntado?—. Pero… ¿Cómo vamos a…? —Mil cosas distintas entraban y salían en su cabeza. Se veía a sí mismo, sumido también en casi la misma pobreza que aquella niñita a su edad. ¿Acaso la madre buscaba una oportunidad para su hija? Era algo duro de pensar, muy duro. Pero entonces, ¿por qué no ofrecerla sin más? ¿Por qué lucrarse de ello? Apretó la mandíbula—. ¿Qué ha pasado, señora? —dijo, tratando de cambiar de tema y sin tener el aplomo de mirar a los ojos a la pobre niña—. Parece que vengan ustedes de una guerra —añadió, desviando nuevamente la mirada hacia los vendajes de los hombres. Aquello no podía ser por culpa de la pobreza.
No es que Datsue hubiese preferido tener que enfrentarse a unos bandidos, claro. Su naturaleza asustadiza elegía mil veces aquella aburrida caminata que cualquier confrontación en la que se viese obligado a intervenir. No obstante, hubiese deseado tener al menos un caballo, como los soldados, para poder ir más descansado bajo aquel sofocante sol.
—Akame, ¿cuánto decías que fal…? —se interrumpió a media pregunta, en cuanto distinguió un grupo de personas en el camino. Por suerte, no parecían un peligro.
Cuando estuvieron más cerca, aparte de la pobreza que saltaba a la vista que padecían, se fijó en los vendajes que tenían los hombres. Uno incluso un cabestrillo. «¿Qué coño…?» ¿Acaso habían atacado el pueblo dónde vivían? ¿Tendría alguna relación con el padre de Makoto, el noble que había intentado conspirar contra Iekatsu? ¿Pertenecerían a uno de sus pueblos, arrasado por la venganza? ¿O simplemente estaba divagando demasiado, como acostumbraba a hacer?
—¡Mis señores! ¡Mis señores, por favor!
Una mujer se salió del grupo, en lo que en un primer momento él creyó era para pedir limosna. Nada más lejos de la realidad. O quizá, dependiendo de cómo se mirase, tan solo una media verdad. Lo que ella pretendía era…
—¡Mozos! ¡Mozos, tengan compasión! ¿Me comprarían ustedes a mi hija?
—¿Q-qué? —¿Había preguntado lo que creía había preguntado?—. Pero… ¿Cómo vamos a…? —Mil cosas distintas entraban y salían en su cabeza. Se veía a sí mismo, sumido también en casi la misma pobreza que aquella niñita a su edad. ¿Acaso la madre buscaba una oportunidad para su hija? Era algo duro de pensar, muy duro. Pero entonces, ¿por qué no ofrecerla sin más? ¿Por qué lucrarse de ello? Apretó la mandíbula—. ¿Qué ha pasado, señora? —dijo, tratando de cambiar de tema y sin tener el aplomo de mirar a los ojos a la pobre niña—. Parece que vengan ustedes de una guerra —añadió, desviando nuevamente la mirada hacia los vendajes de los hombres. Aquello no podía ser por culpa de la pobreza.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado