30/05/2018, 19:38
Datsue —porque, aunque estuviera usando la piel de un Kage Bunshin, al fin y al cabo era él— se aproximó al lecho en el que el antiguo noble dormía, ignorante del peligro mortal que estaba corriendo en ese momento. Sus movimientos eran ágiles y sigilosos, no en vano el muchacho tenía gran destreza a la hora de desenvolverse en ese tipo de situaciones. Un silbido metálico, apenas perceptible, delató al kunai que acababa de salir de su guarida; dispuesto a matar.
El mundo exterior, ajeno a los estruendosos latidos del corazón de aquel Uchiha, apenas se inmutó cuando el filoso acero cortó piel, carne y arteria. La sangre brotó como un sifón, empapando a Masaru, las blancas sábanas que se tiñeron de oscuro, y al propio Datsue. El antes noble se retorció como si estuviese siendo poseído por un demonio del Yomi, emitiendo un gorjeo sordo que ni remotamente se parecía a una llamada de auxilio pero que probablemente lo era.
Hizo así durante unos instantes, y luego se quedó completamente inmóvil, su cuello cubierto de rojo oscuro. Sus ojos carentes de expresión, fijos en el techo. El asesinato había sido realizado. La voluntad de Toritaka Jirō se había cumplido, y serviría sin duda de ejemplo para quienes —en el futuro— tuvieran la tentación de oponerse a la casa regente de Rōkoku.
El mundo exterior, ajeno a los estruendosos latidos del corazón de aquel Uchiha, apenas se inmutó cuando el filoso acero cortó piel, carne y arteria. La sangre brotó como un sifón, empapando a Masaru, las blancas sábanas que se tiñeron de oscuro, y al propio Datsue. El antes noble se retorció como si estuviese siendo poseído por un demonio del Yomi, emitiendo un gorjeo sordo que ni remotamente se parecía a una llamada de auxilio pero que probablemente lo era.
Hizo así durante unos instantes, y luego se quedó completamente inmóvil, su cuello cubierto de rojo oscuro. Sus ojos carentes de expresión, fijos en el techo. El asesinato había sido realizado. La voluntad de Toritaka Jirō se había cumplido, y serviría sin duda de ejemplo para quienes —en el futuro— tuvieran la tentación de oponerse a la casa regente de Rōkoku.