31/05/2018, 22:10
— Cuando quieras, Eri. Aquí estaré. Pero creeme, mejor no involucrar a Stuffy en esto, todo son risas hasta que ha tragado tanta agua que hay que cargarlo hasta casa porque no se puede ni mover.
—Bueno, entonces solos tú y yo —comentó ella evadiendo su mirada y enrrojeciendo de nuevo contra su voluntad.
La traca final se acercó y pronto estalló iluminando todo el cielo frente a ellos y terminando en un precioso remolino de color rojo surcando todo el cielo. Se escucharon a la lejanía gritos de júbilo, silbidos y aplausos, ella solo contemplaba lo espectacular que había sido la noche de aquel día, terminado por unos inolvidables fuegos artificiales.
— Bueno, ¿y ahora qué?
Por desgracia para ella, era momento de irse a casa. Agarró el peluche del gato que estaba embadurnado de arena y apretando ligeramente el agarre que ejercía sobre la mano de Nabi (¿había sentido que él también había apretado o era cosa suya?) se incorporó.
—Creo que para nuestra desgracia, deberíamos volver a casa, es tarde —informó la kunoichi, sacudiéndose la arena con ayuda de su nuevo peluche —. ¿Quieres que te acompañe?
—Bueno, entonces solos tú y yo —comentó ella evadiendo su mirada y enrrojeciendo de nuevo contra su voluntad.
La traca final se acercó y pronto estalló iluminando todo el cielo frente a ellos y terminando en un precioso remolino de color rojo surcando todo el cielo. Se escucharon a la lejanía gritos de júbilo, silbidos y aplausos, ella solo contemplaba lo espectacular que había sido la noche de aquel día, terminado por unos inolvidables fuegos artificiales.
— Bueno, ¿y ahora qué?
Por desgracia para ella, era momento de irse a casa. Agarró el peluche del gato que estaba embadurnado de arena y apretando ligeramente el agarre que ejercía sobre la mano de Nabi (¿había sentido que él también había apretado o era cosa suya?) se incorporó.
—Creo que para nuestra desgracia, deberíamos volver a casa, es tarde —informó la kunoichi, sacudiéndose la arena con ayuda de su nuevo peluche —. ¿Quieres que te acompañe?