1/06/2018, 17:01
(Última modificación: 1/06/2018, 17:01 por Uzumaki Eri.)
— Claro, a ver si nos encontramos algún puesto de camino.
«¡Sí!» Gritó su yo interior, mientras la de fuera lo agradecía con una amplia sonrisa que le surcaba la mitad de su rostro y le hacían formarse un par de hoyuelos en sus mejillas. No pararon hasta que tras un sinfín de puestos más encontraron uno donde vendieran helados de los que querían.
Nabi no tardó en acudir a comprar otro. «Hoy Datsue estaría orgulloso» Pensó para sí, pues no había puesto ni un triste ryo en su noche. «Eri la próxima vez invitas tú, tacaña» El problema fue, sin embargo, cuando soltó su mano. ¿Por qué se sentía tan extraña de repente? ¿Sería extraño si volvía a cogérsela? Después de todo, lo había hecho sin querer, como algo banal y sin ningún significado.
¿Lo tendría si volvía a tomársela?
— Aquí tienes, ¿quieres que nos sentemos o seguimos de camino a tu casa?
Ella lo tomó con cuidado con su diestra y se lo llevó a la boca, pegándole un bocado con los labios.
—Mejor nos lo comemos de camino a casa, esto todavía está lleno y si te soy sincera no me gustan las multitudes... —recordó por un momento su misión en Taikarune y sintió un escalofrío, pero no supo si era por el helado o por recordarlo —. Por cierto, gracias por el helado, Nabi, me encantan los de limón.
Le volvió a dar otro bocado.
«¡Sí!» Gritó su yo interior, mientras la de fuera lo agradecía con una amplia sonrisa que le surcaba la mitad de su rostro y le hacían formarse un par de hoyuelos en sus mejillas. No pararon hasta que tras un sinfín de puestos más encontraron uno donde vendieran helados de los que querían.
Nabi no tardó en acudir a comprar otro. «Hoy Datsue estaría orgulloso» Pensó para sí, pues no había puesto ni un triste ryo en su noche. «Eri la próxima vez invitas tú, tacaña» El problema fue, sin embargo, cuando soltó su mano. ¿Por qué se sentía tan extraña de repente? ¿Sería extraño si volvía a cogérsela? Después de todo, lo había hecho sin querer, como algo banal y sin ningún significado.
¿Lo tendría si volvía a tomársela?
— Aquí tienes, ¿quieres que nos sentemos o seguimos de camino a tu casa?
Ella lo tomó con cuidado con su diestra y se lo llevó a la boca, pegándole un bocado con los labios.
—Mejor nos lo comemos de camino a casa, esto todavía está lleno y si te soy sincera no me gustan las multitudes... —recordó por un momento su misión en Taikarune y sintió un escalofrío, pero no supo si era por el helado o por recordarlo —. Por cierto, gracias por el helado, Nabi, me encantan los de limón.
Le volvió a dar otro bocado.