1/06/2018, 17:59
— Pero un año muy largo, con sus tresciento y pico días. En verdad sigues siendo igual de mona, pero esas coletas te daban un plus. El moño me despierta un sentimiento paternal que no soy capaz de explicar.
—Prefiero no preguntar sobre eso... —mencionó ella, dándole el último bocado a su helado.
— Pues ya estamos.
Sí, ya estaban, tras andar un par de metros más llegaron a la pequeña casa que tenía la kunoichi en la villa. Se llevó el palo de madera a la boca y rebuscó entre sus bolsillos la llave que abría su puerta.
— Pues se ha quedado buena noche.
Ella lo miró sin entender, ¿estaba bien aquella noche?
—¿Estás bien, Nabi? —cuestionó, preocupada —. Estos cambios de tema repentinos son muy raros, ¡ah! —exclamó —. ¿A qué hora quedamos mañana para ir a la perrera? —preguntó, después de todo ni si quiera habían acordado ni fecha ni hora para ir a buscar al nuevo can, o la nueva.
—Prefiero no preguntar sobre eso... —mencionó ella, dándole el último bocado a su helado.
— Pues ya estamos.
Sí, ya estaban, tras andar un par de metros más llegaron a la pequeña casa que tenía la kunoichi en la villa. Se llevó el palo de madera a la boca y rebuscó entre sus bolsillos la llave que abría su puerta.
— Pues se ha quedado buena noche.
Ella lo miró sin entender, ¿estaba bien aquella noche?
—¿Estás bien, Nabi? —cuestionó, preocupada —. Estos cambios de tema repentinos son muy raros, ¡ah! —exclamó —. ¿A qué hora quedamos mañana para ir a la perrera? —preguntó, después de todo ni si quiera habían acordado ni fecha ni hora para ir a buscar al nuevo can, o la nueva.