3/06/2018, 17:15
Lo que había comenzado como una mañana aburrida se había transformado en una pesadilla para Yui, quien, lejos ya de la posición de querer entretenerse un rato, trataba de quitarse a un chunin de encima.
Afortunadamente Mogura había terminado con sus dichosas preguntas, y con una ligera reverencia se despidió de Amekoro-sama.
—Si le parece bien, procederé a retirarme.
—No te entretengo más, Mogura-kun —dijo Yui, señalando a la puerta.
Aguardó a que el muchacho abandonara la estancia para acercar el micrófono con el que llamaba a sus subordinados en el edificio. Pulsó el botón.
—Shani, pásate por el despacho, que quiero que analices un pergamino en el laboratorio.
La Arashikage soltó el botón y rio a carcajadas.
Afortunadamente Mogura había terminado con sus dichosas preguntas, y con una ligera reverencia se despidió de Amekoro-sama.
—Si le parece bien, procederé a retirarme.
—No te entretengo más, Mogura-kun —dijo Yui, señalando a la puerta.
Aguardó a que el muchacho abandonara la estancia para acercar el micrófono con el que llamaba a sus subordinados en el edificio. Pulsó el botón.
—Shani, pásate por el despacho, que quiero que analices un pergamino en el laboratorio.
La Arashikage soltó el botón y rio a carcajadas.