4/06/2018, 13:00
Daruu se giró de nuevo hacia él y le retó con sus ojos purpúreos. Zetsuo ni siquiera necesitó sumergirse en su mente para notar la determinación que destilaban aquellos iris.
—Si no me sintiese capaz, tú y yo no estaríamos aquí hablando —respondió, cargado de coraje.
Y Zetsuo entrecerró los ojos.
—En ese caso, espero por tu bien que no te arrepientas de tu decisión. Porque no pienso tener ni un ápice de piedad.
Y alzó las manos, y sus dedos se entrelazaron... Buey. Jabalí. Caballo. Y una última palmada que resonó en toda la sala.
Al principio no sucedió nada. Todo seguía tal y como había estado hacía apenas unos segundos. Pero entonces Daruu pudo escucharlo. Zumbidos. Un enjambre de avispas que surgió de la nada y le rodeó por completo, azuzándole con sus aguijones una y otra vez ante la impávida mirada de Zetsuo, que estudiaba la escena.
—Si no me sintiese capaz, tú y yo no estaríamos aquí hablando —respondió, cargado de coraje.
Y Zetsuo entrecerró los ojos.
—En ese caso, espero por tu bien que no te arrepientas de tu decisión. Porque no pienso tener ni un ápice de piedad.
Y alzó las manos, y sus dedos se entrelazaron... Buey. Jabalí. Caballo. Y una última palmada que resonó en toda la sala.
Al principio no sucedió nada. Todo seguía tal y como había estado hacía apenas unos segundos. Pero entonces Daruu pudo escucharlo. Zumbidos. Un enjambre de avispas que surgió de la nada y le rodeó por completo, azuzándole con sus aguijones una y otra vez ante la impávida mirada de Zetsuo, que estudiaba la escena.