4/06/2018, 13:37
La respuesta de Daruu no se hizo de esperar. Juntó las manos en el sello del carnero, y justo cuando comenzaron a escucharse los primeros zumbidos, el muchacho declaró:
—¡Kai!
Las avispas se difuminaron un instante antes de desaparecer por completo; y, sin embargo, Zetsuo sonrió para sí, complacido. Era obvio que el médico no había utilizado todo su poder en la ilusión, pues de lo contrario Daruu no habría sido capaz de salir de ella jamás. Pero era precisamente eso lo que esperaba de él, que se defendiera con aquella terca fiereza que ya había demostrado en otras ocasiones. Después de todo, si no era capaz de soportar una de las técnicas ilusorias de rango más bajo, ¿qué haría con las siguientes?
Sin embargo, no había sido del todo inocuo. Pese a que no había llegado a resultar herido ni la técnica de liberación consumía una gran cantidad de energía con aquella, Daruu, con las piernas temblorosas, estuvo a punto de caer al suelo.
—Veo que te has informado de algu-gu-gunas cosas. Hijo de...
Fue una bofetada en la mejilla lo que terminó de tirarle de culo.
—Cuida esa lengua, Amedama. Sigo siendo tu superior y ahora tu tutor —le reprendió Zetsuo, profundamente irritado. Con los ojos peligrosamente entrecerrados, volvió a cruzar los brazos sobre el pecho—. Joder, fuiste tú el que me desveló ese secretito. Aquella noche, en el restaurante del Valle de los Dojos, cuando acusaste a Ayame de ser una tramposa por haberte metido en una ilusión con avispas. Deberías tener más cuidado sobre la información que revelas antes de que la utilicen en tu contra. Hoy he sido yo, ¡pero mañana podría ser un jodido enemigo!
—¡Kai!
Las avispas se difuminaron un instante antes de desaparecer por completo; y, sin embargo, Zetsuo sonrió para sí, complacido. Era obvio que el médico no había utilizado todo su poder en la ilusión, pues de lo contrario Daruu no habría sido capaz de salir de ella jamás. Pero era precisamente eso lo que esperaba de él, que se defendiera con aquella terca fiereza que ya había demostrado en otras ocasiones. Después de todo, si no era capaz de soportar una de las técnicas ilusorias de rango más bajo, ¿qué haría con las siguientes?
Sin embargo, no había sido del todo inocuo. Pese a que no había llegado a resultar herido ni la técnica de liberación consumía una gran cantidad de energía con aquella, Daruu, con las piernas temblorosas, estuvo a punto de caer al suelo.
—Veo que te has informado de algu-gu-gunas cosas. Hijo de...
Fue una bofetada en la mejilla lo que terminó de tirarle de culo.
—Cuida esa lengua, Amedama. Sigo siendo tu superior y ahora tu tutor —le reprendió Zetsuo, profundamente irritado. Con los ojos peligrosamente entrecerrados, volvió a cruzar los brazos sobre el pecho—. Joder, fuiste tú el que me desveló ese secretito. Aquella noche, en el restaurante del Valle de los Dojos, cuando acusaste a Ayame de ser una tramposa por haberte metido en una ilusión con avispas. Deberías tener más cuidado sobre la información que revelas antes de que la utilicen en tu contra. Hoy he sido yo, ¡pero mañana podría ser un jodido enemigo!