6/06/2018, 12:09
(Última modificación: 6/06/2018, 12:09 por Amedama Daruu.)
Daruu sintió un latigazo en el rostro y sus pies se levantaron del suelo. Al instante siguiente, su trasero golpeó contra el hormigón del suelo y soltó un gemido de dolor. Se agarró las nalgas mordiéndose el labio inferior, pronunciando interiormente maldiciones indescriptibles para el autor del bofetazo.
—Cuida esa lengua, Amedama. Sigo siendo tu superior y ahora tu tutor —vomitó éste. Daruu se maldijo también a sí mismo, por darle una excusa al jounin para poder maltratarlo a él también como supuso debía hacer con todos a los que enseñaba algo—. Joder, fuiste tú el que me desveló ese secretito. Aquella noche, en el restaurante del Valle de los Dojos, cuando acusaste a Ayame de ser una tramposa por haberte metido en una ilusión con avispas. Deberías tener más cuidado sobre la información que revelas antes de que la utilicen en tu contra. Hoy he sido yo, ¡pero mañana podría ser un jodido enemigo!
Sin embargo, aquella revelación cayó sobre él como un jarro de agua fría. Sí, la riña infantil que habían tenido había ocasionado que revelase aquella información tan valiosa de forma gratuita. Daruu aprendió dos lecciones aquél día: a mantener la boca cerrada delante de alguien famoso por explotar las debilidades de los demás y a mantener los oídos muy atentos para explotarlas él mismo.
Se levantó con dificultad, apoyando una mano en el suelo.
—Tiene razón, Zetsuo-sensei —masculló. Daba la sensación de que pronunciar aquellas palabras le habían dolido más que cualquier bofetón.
—Cuida esa lengua, Amedama. Sigo siendo tu superior y ahora tu tutor —vomitó éste. Daruu se maldijo también a sí mismo, por darle una excusa al jounin para poder maltratarlo a él también como supuso debía hacer con todos a los que enseñaba algo—. Joder, fuiste tú el que me desveló ese secretito. Aquella noche, en el restaurante del Valle de los Dojos, cuando acusaste a Ayame de ser una tramposa por haberte metido en una ilusión con avispas. Deberías tener más cuidado sobre la información que revelas antes de que la utilicen en tu contra. Hoy he sido yo, ¡pero mañana podría ser un jodido enemigo!
Sin embargo, aquella revelación cayó sobre él como un jarro de agua fría. Sí, la riña infantil que habían tenido había ocasionado que revelase aquella información tan valiosa de forma gratuita. Daruu aprendió dos lecciones aquél día: a mantener la boca cerrada delante de alguien famoso por explotar las debilidades de los demás y a mantener los oídos muy atentos para explotarlas él mismo.
Se levantó con dificultad, apoyando una mano en el suelo.
—Tiene razón, Zetsuo-sensei —masculló. Daba la sensación de que pronunciar aquellas palabras le habían dolido más que cualquier bofetón.