6/06/2018, 12:13
(Última modificación: 6/06/2018, 12:14 por Aotsuki Ayame.)
—No pasa nada, no pasa nada —respondió él, quitándole importancia al asunto. Su rostro había ido cambiando paulatinamente, iluminándose ante las disculpas de Ayame. Desde luego, aquella sonrisa era muy diferente a la anterior, al menos llegaba hasta sus ojos azules como el mar—, está bien, con el calor que hace quizá debería agradecértelo y todo. Yo soy Tsukiyama Daigo, de Kusagakure no sato, un gusto —añadió, tras varios segundos, tendiéndole la mano para estrechársela.
Ayame, aún sonriente, alzó la suya.
—Yo soy Aotsuki Ayame... —dijo, pero las palabras fueron ahogándose en sus labios paulatinamente. Y cuando sus dedos estaban a punto de rozarse, Ayame titubeó, terminó por bajar el brazo y en su lugar inclinó el cuerpo en una sonada reverencia—. De la aldea de Amegakure —completó, esforzándose por esbozar una sonrisa.
Y es que en su mente aún hacía eco la resonancia de un recuerdo lejano. Un recuerdo que tenía que ver con un Uchiha de Uzushiogakura y sellos puestos a traición.
—¿Así que de Kusagakure? ¡Conozco a varias personas de allí! —exclamó, tratando de desviar su propia atención sobre aquel tema. Alzó una mano, tocándose los dedos según iba enumerando—. Puro-san, Kota-san, Taeko-chan... creo que también combatí contra una chica de tu aldea, pelirroja, pero no recuerdo su nombre...
Ayame, aún sonriente, alzó la suya.
—Yo soy Aotsuki Ayame... —dijo, pero las palabras fueron ahogándose en sus labios paulatinamente. Y cuando sus dedos estaban a punto de rozarse, Ayame titubeó, terminó por bajar el brazo y en su lugar inclinó el cuerpo en una sonada reverencia—. De la aldea de Amegakure —completó, esforzándose por esbozar una sonrisa.
Y es que en su mente aún hacía eco la resonancia de un recuerdo lejano. Un recuerdo que tenía que ver con un Uchiha de Uzushiogakura y sellos puestos a traición.
—¿Así que de Kusagakure? ¡Conozco a varias personas de allí! —exclamó, tratando de desviar su propia atención sobre aquel tema. Alzó una mano, tocándose los dedos según iba enumerando—. Puro-san, Kota-san, Taeko-chan... creo que también combatí contra una chica de tu aldea, pelirroja, pero no recuerdo su nombre...