6/06/2018, 13:22
Y, al parecer, sus palabras parecieron romper la férrea barrera de terquedad que aquel chico parecía tener siempre instalada en sus oídos y penetrar en su cerebro con el efecto deseado. Igual que había sucedido con Ayame cuando le advirtió de que no se dejara tocar por desconocidos, sobre todo después de lo que había ocurrido durante su breve encuentro con aquel condenado Uchiha de Uzushiogakure.
—Tiene razón, Zetsuo-sensei —respondió, reincorporándose con cierta dificultad. Tenía la mejilla herida, pero más herido acababa de quedar su espíritu.
Y el médico asintió.
—En ese caso, tenemos mucho que hacer, Amedama. Y espero por tu bien que seas capaz de mantener intacto ese muro tuyo. ¿Tienes algo en mente?
—Tiene razón, Zetsuo-sensei —respondió, reincorporándose con cierta dificultad. Tenía la mejilla herida, pero más herido acababa de quedar su espíritu.
Y el médico asintió.
—En ese caso, tenemos mucho que hacer, Amedama. Y espero por tu bien que seas capaz de mantener intacto ese muro tuyo. ¿Tienes algo en mente?