9/06/2018, 10:06
Karamaru, tras la ronda de preguntas para conocerse mejor, les informó de que comenzaban ya la sesión de entrenamiento. Lenna se sentó entre Kubo y Kaji y los tres le miraron, en silencio, para saber qué era lo que iban a hacer con aquel muchacho calvo.
—Muy bien, vamos a hacer unos cuantos juegos, ejercicios, como lo quieran llamar. Cada uno de ellos les otorgará de puntos, el que sume más ganará un premio.
Durante unos segundos escasos a Kaji le brillaron los ojos, pero el bufido de Kubo le hizo volver a la realidad.
—Es importante como shinobi, y como kunoichi, saber trabajar en equipo, pero también es igual de importante la destreza individual. Hay que saber actuar en desventaja, y saber también como aprovechar la ventaja. Uno de ustedes tendrá que escapar de la persecución de los dos restantes, quienes tendrán que retener al escapista. Si en diez minutos no se logra el objetivo, diez puntos para el escapista. El primero que lo agarre en ese tiempo, pues se gana diez puntos.
Todos le miraron extrañados.
—¿Con ganas de correr, Lenna? El tiempo ya está contando.
Entonces Lenna lo entendió, y se giró a Kaji.
—Pillado —informó, tocándole el hombro. Él se encogió y se levantó, y con lentitud se acercó a Kubo y le tocó el brazo. El otro chico hizo lo mismo contra su compañera.
Pero no estaban corriendo.
—Muy bien, vamos a hacer unos cuantos juegos, ejercicios, como lo quieran llamar. Cada uno de ellos les otorgará de puntos, el que sume más ganará un premio.
Durante unos segundos escasos a Kaji le brillaron los ojos, pero el bufido de Kubo le hizo volver a la realidad.
—Es importante como shinobi, y como kunoichi, saber trabajar en equipo, pero también es igual de importante la destreza individual. Hay que saber actuar en desventaja, y saber también como aprovechar la ventaja. Uno de ustedes tendrá que escapar de la persecución de los dos restantes, quienes tendrán que retener al escapista. Si en diez minutos no se logra el objetivo, diez puntos para el escapista. El primero que lo agarre en ese tiempo, pues se gana diez puntos.
Todos le miraron extrañados.
—¿Con ganas de correr, Lenna? El tiempo ya está contando.
Entonces Lenna lo entendió, y se giró a Kaji.
—Pillado —informó, tocándole el hombro. Él se encogió y se levantó, y con lentitud se acercó a Kubo y le tocó el brazo. El otro chico hizo lo mismo contra su compañera.
Pero no estaban corriendo.