11/06/2018, 14:24
Los shinobi retrocedieron hacia las ruinas de la fortaleza para buscar cobijo, tras unos escombros cercanos, de una nueva salva de proyectiles que los mercenarios les dispararon desde sus propias coberturas. Las saetas silbaron al surcar el aire y luego se estrellaron con la fuerza de diez centellas contra el muro a medio derruir tras el que se refugiaron los jōnin.
Sin embargo, y por muy bien entrenados que estuviesen aquellos tipos, Akame supo que nunca habían visto el poderío de un auténtico Uchiha en acción. Se dio cuenta cuando ninguno de ellos echó a correr cuando Datsue asomó desde detrás de su cobertura, las manos entrelazadas. En lugar de eso, se limitaron a intentar cargar otro virote en sus ballestas de mano lo más deprisa posible.
«Ignorantes... ¡Arded!»
El proyectil ígneo salió disparado de los labios del joven Uchiha hacia la parte derecha de los escombros de la muralla exterior, donde uno de los atacantes alzaba ya su ballesta para apuntar a los dos ninjas. La canica rojiza fue apenas visible para algunos de los mercenarios —y para el shinobi enemigo— durante su corto viaje, antes de desatar una auténtica tormenta de llamas que engulló por completo al enemigo.
La figura ardiente de aquel pobre desgraciado trazó erráticos círculos entre las sombras de la noche mientras sus alaridos de dolor perforaban los tímpanos de sus compañeros y sembraban la semilla del temor en sus corazones. Quizás previendo esto, el shinobi enemigo arengó a sus hombres.
—¡Fuego a discreción! ¡No les deis oportunidad de atacar! ¡Vamos, vamos, vamos!
Entonces, los dos Uchiha pudieron ver cómo aquel tipo echaba a correr por detrás de la muralla, rodeando las secciones derruidas.
—Se dirige hacia nuestra retaguardia —informó Akame a su Hermano—. Tenemos que cubrir también esa zona para proteger al señ...
Las palabras se le quedaron en la boca. El jōnin se había girado un momento para comprobar el estado del señor Iekatsu, sólo para ver que había desaparecido... Junto a la dama Tome. «Maldita sea, ¿qué pretende...?» Akame supo entonces que era momento de cambiar de plan.
—¡Datsue-kun, ve tras ellos! Si el shinobi enemigo los intercepta, fracasaremos. Yo me encargaré de los tiradores y luego iré a buscarte.
Sin embargo, y por muy bien entrenados que estuviesen aquellos tipos, Akame supo que nunca habían visto el poderío de un auténtico Uchiha en acción. Se dio cuenta cuando ninguno de ellos echó a correr cuando Datsue asomó desde detrás de su cobertura, las manos entrelazadas. En lugar de eso, se limitaron a intentar cargar otro virote en sus ballestas de mano lo más deprisa posible.
«Ignorantes... ¡Arded!»
El proyectil ígneo salió disparado de los labios del joven Uchiha hacia la parte derecha de los escombros de la muralla exterior, donde uno de los atacantes alzaba ya su ballesta para apuntar a los dos ninjas. La canica rojiza fue apenas visible para algunos de los mercenarios —y para el shinobi enemigo— durante su corto viaje, antes de desatar una auténtica tormenta de llamas que engulló por completo al enemigo.
La figura ardiente de aquel pobre desgraciado trazó erráticos círculos entre las sombras de la noche mientras sus alaridos de dolor perforaban los tímpanos de sus compañeros y sembraban la semilla del temor en sus corazones. Quizás previendo esto, el shinobi enemigo arengó a sus hombres.
—¡Fuego a discreción! ¡No les deis oportunidad de atacar! ¡Vamos, vamos, vamos!
Entonces, los dos Uchiha pudieron ver cómo aquel tipo echaba a correr por detrás de la muralla, rodeando las secciones derruidas.
—Se dirige hacia nuestra retaguardia —informó Akame a su Hermano—. Tenemos que cubrir también esa zona para proteger al señ...
Las palabras se le quedaron en la boca. El jōnin se había girado un momento para comprobar el estado del señor Iekatsu, sólo para ver que había desaparecido... Junto a la dama Tome. «Maldita sea, ¿qué pretende...?» Akame supo entonces que era momento de cambiar de plan.
—¡Datsue-kun, ve tras ellos! Si el shinobi enemigo los intercepta, fracasaremos. Yo me encargaré de los tiradores y luego iré a buscarte.