12/06/2018, 22:18
Cuando Karma se dirigió a Ringo, este se levantó con el ceño fruncido.
—Te diré algo mejor —le rebatió—. Vete a casa, o a donde quieras, y vuelve mañana a la noche. Cuando mi madre vuelva, haremos como que estuviste conmigo todo este tiempo y todos contentos —le propuso—. Misión cumplida para ti y yo a mi aire. Todos ganamos.
Su ceño se relajó y sonrió.
—Mi madre es muy sobreprotectora, cómo ya te estarás haciendo a una idea. Pero yo ya no soy ningún crío. ¡El año que viene seré ninja! —aseguró—. No necesito a nadie que me haga de canguro. Es vergonzoso. Y deni... deni... ¡denigrante! —exclamó cuando encontró la palabra que buscaba.
—Te diré algo mejor —le rebatió—. Vete a casa, o a donde quieras, y vuelve mañana a la noche. Cuando mi madre vuelva, haremos como que estuviste conmigo todo este tiempo y todos contentos —le propuso—. Misión cumplida para ti y yo a mi aire. Todos ganamos.
Su ceño se relajó y sonrió.
—Mi madre es muy sobreprotectora, cómo ya te estarás haciendo a una idea. Pero yo ya no soy ningún crío. ¡El año que viene seré ninja! —aseguró—. No necesito a nadie que me haga de canguro. Es vergonzoso. Y deni... deni... ¡denigrante! —exclamó cuando encontró la palabra que buscaba.