13/06/2018, 23:25
Se podría decir, en base a la expresión de la fémina, que se estaba armando de valor y paciencia. «Ay, como se nota que no tiene ni idea de lo que dice... Al final graduarme tan tarde fue una bendición, aunque mis compañeros más jóvenes me miraran raro. Es dolorosamente obvio que a esas edades todavía nos faltan dos dedos de frente a casi todos...». Habían excepciones: ninjas extremadamente jóvenes, pero también endemoniadamente hábiles y maduros. Mas eran minoría, la excepción que confirma la regla.
—Cualquiera puede ganarme sin problemas —dijo como si tal cosa.
Con copiosas zancadas Karma se desplazó hasta uno de los sofás negros y se dejó caer en él, reclinando la cabeza sobre el respaldo. Entonces le dirigió una mirada ausente al muchacho.
—Ringo-san, ¿tú qué crees que significa ser un ninja? Tu madre es una jōnin, nada menos. ¿Nunca le has preguntado cómo es su trabajo?
—Cualquiera puede ganarme sin problemas —dijo como si tal cosa.
Con copiosas zancadas Karma se desplazó hasta uno de los sofás negros y se dejó caer en él, reclinando la cabeza sobre el respaldo. Entonces le dirigió una mirada ausente al muchacho.
—Ringo-san, ¿tú qué crees que significa ser un ninja? Tu madre es una jōnin, nada menos. ¿Nunca le has preguntado cómo es su trabajo?