14/06/2018, 21:21
El chico del unicejo —que mantenía la llave sobre Ringo—, soltó de pronto a su presa del susto, al oír gritar a Karma. Pareció arrepentirse nada más verla, pero Ringo no perdió ni un segundo en poner tierra de por medio.
—Imagino que las aprenderé cuando vaya —le espetó, despertando una nueva carcajada en su compañero. Si Karma lo miraba con atención, descubriría que aquel chico, pese a ser el más alto, no llevaba bandana alguna—. Y Ringo también… Ah, no, espera —dijo, como si hubiese caído en algo—. ¡Que lleva repitiendo dos años!
Esta vez las carcajadas fueron atronadoras por parte de ambos, eclipsando los murmullos nada amigables que Ringo soltaba.
—Va, Uni, va, déjalo —habló por primera vez el genin. Se adelantó unos pasos para encarar a Karma, y cruzó los brazos sobre el pecho—. Solo estaban… arreglando sus diferencias. Cosas de críos —le guiñó un ojo—. No hay por qué meterse.
—Imagino que las aprenderé cuando vaya —le espetó, despertando una nueva carcajada en su compañero. Si Karma lo miraba con atención, descubriría que aquel chico, pese a ser el más alto, no llevaba bandana alguna—. Y Ringo también… Ah, no, espera —dijo, como si hubiese caído en algo—. ¡Que lleva repitiendo dos años!
Esta vez las carcajadas fueron atronadoras por parte de ambos, eclipsando los murmullos nada amigables que Ringo soltaba.
—Va, Uni, va, déjalo —habló por primera vez el genin. Se adelantó unos pasos para encarar a Karma, y cruzó los brazos sobre el pecho—. Solo estaban… arreglando sus diferencias. Cosas de críos —le guiñó un ojo—. No hay por qué meterse.