15/06/2018, 01:17
Se cruzó de brazos y observó las pronunciadas reacciones de los tres jóvenes. Ringo quedó maravillado, mientras que el dúo de abusones estaba aterrorizado; justo lo que la fémina pretendía. No solo había logrado su objetivo, si no que había liberado tensiones en el proceso. Ya se sentía mucho mejor.
—¡No os olvidéis de hablarle del Demonio Púrpura a vuestros amigos! —exclamó con chanza a esos dos que se retiraban con el rabo entre las piernas.
Ringo se dirigió a ella como un sucio campesino que le pedía algo a su señor; incluso le tomó la mano, un hecho que le produjo una segunda punzada mental, pero la genin aguantó el tipo. Y por aguantar el tipo me refiero a que no apartó la mano del niño de una bofetada, resistó el contacto físico con otro ser humano más de lo que lo había hecho en años. Pero no todo eran buenas noticias para el estudiante de la academia, oh no.
Los ojos de Karma rezumaban indignación.
—¡YOSHIKAWA RINGO! —bramó, y le señaló con un índice acusatorio pertenieciente a su mano desocupada—. ¡Lanzas una bomba de humo dentro del salón de tu propia casa, conmigo dentro! ¡Luego me ciegas! ¡Y al final me intentas dar esquinazo! ¡Todo para acabar siendo usado como un pelele por un par de ninjas de descuento! ¡¿Qué cojones digo?! ¡El que te tenía agarrado ni era un puñetero estudiante de academia! —arremetió como si fuese Susano'o y aquello una tormenta—. ¡Hay tres hechos muy importantes que me voy a ASEGURAR de que no los olvides!
—¡UNO! —ahora sí, ejecutó un brusco movimiento hacia atrás con la mano cautiva, liberándola, para entonces alzar un dedo al aire—. ¡Te has portado como un niño malcriado que abusa de las habilidades que ha obtenido para fastidiar a camaradas y estoy más que dispuesta a contárselo a tu madre cuando vuelva!
Se llevó el otro puño a la cintura.
—¡DOS! —alzó un segundo dedo—. ¡Te he cubierto el culo frente a esos criajos y he conseguido que quede bien convincente! ¡Has derrotado al terrible Demonio Púrpura sin despeinarte! ¡Espero que me lo agradezcas!
Alzó el tercer y último dedo, amenazante, similar a la manera en la que Ringo le había dado tres segundos antes de lanzar la bomba de luz, pero a la inversa.
—¡TRES! ¡Has intentado sabotear mi misión y me has obligado a aguantar tus putaditas y salir a buscarte a toda prisa! ¡¿Qué parte de que no puedo incumplir mi deber y traicionar la confianza de tu madre no entiendes?! ¡Y eso que quería hablar contigo y poner las cosas claras para que los dos estuviésemos cómodos! —tomó aire—. ¡¿Crees que yo quiero estar aquí?! ¡Pero así son las misiones de rango D!
Cruzó los brazos. Ahora que la onda expansiva de la bomba nuclear que Kojima Karma acababa de detonar sobre el parque había pasado, la susodicha pudo recuperar un poco la compostura. Solo un poquito.
Y realizó un último comentario:
—A pesar de todo, la manera en la que te escapaste de casa no estuvo nada mal... aunque yo no soy la persona más apropiada para valorar algo así. Pero visto lo visto, no entiendo cómo es que sigues repitiendo.
—¡No os olvidéis de hablarle del Demonio Púrpura a vuestros amigos! —exclamó con chanza a esos dos que se retiraban con el rabo entre las piernas.
Ringo se dirigió a ella como un sucio campesino que le pedía algo a su señor; incluso le tomó la mano, un hecho que le produjo una segunda punzada mental, pero la genin aguantó el tipo. Y por aguantar el tipo me refiero a que no apartó la mano del niño de una bofetada, resistó el contacto físico con otro ser humano más de lo que lo había hecho en años. Pero no todo eran buenas noticias para el estudiante de la academia, oh no.
Los ojos de Karma rezumaban indignación.
—¡YOSHIKAWA RINGO! —bramó, y le señaló con un índice acusatorio pertenieciente a su mano desocupada—. ¡Lanzas una bomba de humo dentro del salón de tu propia casa, conmigo dentro! ¡Luego me ciegas! ¡Y al final me intentas dar esquinazo! ¡Todo para acabar siendo usado como un pelele por un par de ninjas de descuento! ¡¿Qué cojones digo?! ¡El que te tenía agarrado ni era un puñetero estudiante de academia! —arremetió como si fuese Susano'o y aquello una tormenta—. ¡Hay tres hechos muy importantes que me voy a ASEGURAR de que no los olvides!
—¡UNO! —ahora sí, ejecutó un brusco movimiento hacia atrás con la mano cautiva, liberándola, para entonces alzar un dedo al aire—. ¡Te has portado como un niño malcriado que abusa de las habilidades que ha obtenido para fastidiar a camaradas y estoy más que dispuesta a contárselo a tu madre cuando vuelva!
Se llevó el otro puño a la cintura.
—¡DOS! —alzó un segundo dedo—. ¡Te he cubierto el culo frente a esos criajos y he conseguido que quede bien convincente! ¡Has derrotado al terrible Demonio Púrpura sin despeinarte! ¡Espero que me lo agradezcas!
Alzó el tercer y último dedo, amenazante, similar a la manera en la que Ringo le había dado tres segundos antes de lanzar la bomba de luz, pero a la inversa.
—¡TRES! ¡Has intentado sabotear mi misión y me has obligado a aguantar tus putaditas y salir a buscarte a toda prisa! ¡¿Qué parte de que no puedo incumplir mi deber y traicionar la confianza de tu madre no entiendes?! ¡Y eso que quería hablar contigo y poner las cosas claras para que los dos estuviésemos cómodos! —tomó aire—. ¡¿Crees que yo quiero estar aquí?! ¡Pero así son las misiones de rango D!
Cruzó los brazos. Ahora que la onda expansiva de la bomba nuclear que Kojima Karma acababa de detonar sobre el parque había pasado, la susodicha pudo recuperar un poco la compostura. Solo un poquito.
Y realizó un último comentario:
—A pesar de todo, la manera en la que te escapaste de casa no estuvo nada mal... aunque yo no soy la persona más apropiada para valorar algo así. Pero visto lo visto, no entiendo cómo es que sigues repitiendo.