15/06/2018, 22:27
—Oh, Kaido-san es un buen amigo —dijo Ayame, sonriente—. ¿Así que peleaste con Daruu-kun? No te sientas mal, no te mentiría si te dijera que es el genin más fuerte que conozco en Amegakure.
Ella hablaba con amabilidad, intentando que el peliverde no se sintiera tan mal por su derrota, pero no funcionaba, simplemente no era tan fácil.
«Tengo que hacerme más fuerte» y «debería de haber entrenado más» eran tan solo unas de las muchas palabras que resonaban en su cabeza.
Primero Kirin, luego Daruu e incluso unos simples espectadores lo derrotaron en ese entonces. Todos ellos se convirtieron en una especie de barrera en su mente, una enorme, una que quería superar.
Apretó su puño, determinado.
—¿Y qué te ha traído hasta aquí, Daigo-san? ¿También has venido a investigar las ruinas?
Ayame lo devolvió a la realidad con una simple pregunta que dejó paralizado al peliverde, no por la pregunta en sí, sino porque no podía creerse que en verdad se había puesto a pensar todo eso mientras hablaba con alguien.
«¡Qué vergüenza!»
Se rascó la nuca mientras reía algo nervioso.
—Eh, esto... —empezó todavía algo nervioso—. Sí, algo así. La verdad es que estaba viajando para entrenar y pensé que esta sería una buena parada, aunque sea solo para mirar un rato y descansar.
Ella hablaba con amabilidad, intentando que el peliverde no se sintiera tan mal por su derrota, pero no funcionaba, simplemente no era tan fácil.
«Tengo que hacerme más fuerte» y «debería de haber entrenado más» eran tan solo unas de las muchas palabras que resonaban en su cabeza.
Primero Kirin, luego Daruu e incluso unos simples espectadores lo derrotaron en ese entonces. Todos ellos se convirtieron en una especie de barrera en su mente, una enorme, una que quería superar.
Apretó su puño, determinado.
—¿Y qué te ha traído hasta aquí, Daigo-san? ¿También has venido a investigar las ruinas?
Ayame lo devolvió a la realidad con una simple pregunta que dejó paralizado al peliverde, no por la pregunta en sí, sino porque no podía creerse que en verdad se había puesto a pensar todo eso mientras hablaba con alguien.
«¡Qué vergüenza!»
Se rascó la nuca mientras reía algo nervioso.
—Eh, esto... —empezó todavía algo nervioso—. Sí, algo así. La verdad es que estaba viajando para entrenar y pensé que esta sería una buena parada, aunque sea solo para mirar un rato y descansar.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.