17/06/2018, 01:00
Ringo se rascó la barbilla, pensativo.
—¿El Ninja Sabio? Algo parecido me suena, sí —respondió—. Debe de estar en su habitación, en la mesita de noche —le informó—. Y claro que conozco el sitio. No sabes la de veces que mi madre me obligó a acompañarla —dijo con fastidio—. Está en la misma plaza del Mercado Rojo. No tiene pérdida —¿Qué libro quería su madre? Aquella sí era una buena pregunta…—. No sé, pregúntale a la dependienta. Se lleva bien con mi madre y conoce sus gustos mejor que yo. Te diría que con cualquier dramón que tenga buena pinta le gustará —agregó.
—Espero que no te metas en más problemas y no vuelvas muy tarde.
Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Ringo.
—Dios, no sabes cuánto te acabas de parecer a mi madre. —Prefería no pensar en ello—. ¡Me alegra que hayamos llegado a un entendimiento! Hasta después, entonces. Volveré antes del anochecer, no te preocupes. —Se despidió con un gesto de mano y se fue del parque, por el mismo camino que se habían ido Uni y gennin.
—¿El Ninja Sabio? Algo parecido me suena, sí —respondió—. Debe de estar en su habitación, en la mesita de noche —le informó—. Y claro que conozco el sitio. No sabes la de veces que mi madre me obligó a acompañarla —dijo con fastidio—. Está en la misma plaza del Mercado Rojo. No tiene pérdida —¿Qué libro quería su madre? Aquella sí era una buena pregunta…—. No sé, pregúntale a la dependienta. Se lleva bien con mi madre y conoce sus gustos mejor que yo. Te diría que con cualquier dramón que tenga buena pinta le gustará —agregó.
—Espero que no te metas en más problemas y no vuelvas muy tarde.
Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Ringo.
—Dios, no sabes cuánto te acabas de parecer a mi madre. —Prefería no pensar en ello—. ¡Me alegra que hayamos llegado a un entendimiento! Hasta después, entonces. Volveré antes del anochecer, no te preocupes. —Se despidió con un gesto de mano y se fue del parque, por el mismo camino que se habían ido Uni y gennin.