17/06/2018, 11:20
Efectivamente, la puerta estaba abierta, lo que le extrañó. Ella siempre cerraba la suya a cal y canto al salir de casa. Una simple diferencia de costumbres, probablemente. O es que la jōnin se había olvidado, algo bastante verosímil teniendo en cuenta la prisa con la que se había marchado.
Fuera como fuese, aquello le facilitaba las cosas.
Ahora podía seguir dos rutas: comprobar las habitaciones del primer piso o subir al segundo. «Le podría haber preguntado a Ringo por la habitación, maldita sea. Bueno, exploremos un poco».
Decidió subir directamente a la segunda planta. Eran asunciones sin base, pero Karma pensó que las habitaciones —o al menos la de la señora de la vivienda— debían de estar allí. Una forma de ver las cosas que estaba relacionada con que su habitación, en su propio hogar, estaba en el segundo piso.
Fuera como fuese, aquello le facilitaba las cosas.
Ahora podía seguir dos rutas: comprobar las habitaciones del primer piso o subir al segundo. «Le podría haber preguntado a Ringo por la habitación, maldita sea. Bueno, exploremos un poco».
Decidió subir directamente a la segunda planta. Eran asunciones sin base, pero Karma pensó que las habitaciones —o al menos la de la señora de la vivienda— debían de estar allí. Una forma de ver las cosas que estaba relacionada con que su habitación, en su propio hogar, estaba en el segundo piso.