17/06/2018, 23:48
Esposado, sin posibilidad de usar su chakra y a merced de los dos Uchiha, Kaguya Hida no perdía su actitud de veterano experimentado. Aguantó las amenazas de Datsue sin pestañear, aguantándole la mirada con sus ojos de color azul hielo, tan inexpresivos que podían congelar el corazón de una persona.
La primera respuesta que obtuvieron de aquel tipo los Hermanos del Desierto fue una carcajada seca y corta.
—¿Y vosotros dos sois jounin? Joder, hoy en día le dan la condenada placa a cualquiera —el renegado escupió un esputo negruzco—. No sé dónde está el noble señor de Rookoku ahora mismo, pero sí sé con quién...
Alzó la mirada y su sonrisa se ensanchó, como una mueca de burla.
—¿Podéis vosotros decir lo mismo? —el Kaguya se irguió en toda su estatura, y las cicatrices que sembraban todo su cuerpo parecieron estirarse como viejas costuras—. Te diré algo, Uchiha Datsue... No soy yo quien está en peligro ahora mismo.
La primera respuesta que obtuvieron de aquel tipo los Hermanos del Desierto fue una carcajada seca y corta.
—¿Y vosotros dos sois jounin? Joder, hoy en día le dan la condenada placa a cualquiera —el renegado escupió un esputo negruzco—. No sé dónde está el noble señor de Rookoku ahora mismo, pero sí sé con quién...
Alzó la mirada y su sonrisa se ensanchó, como una mueca de burla.
—¿Podéis vosotros decir lo mismo? —el Kaguya se irguió en toda su estatura, y las cicatrices que sembraban todo su cuerpo parecieron estirarse como viejas costuras—. Te diré algo, Uchiha Datsue... No soy yo quien está en peligro ahora mismo.