18/06/2018, 15:03
—Me cago en mi raza —masculló para sí. Aquel cabrón desfigurado tenía razón. Estaban perdiendo un tiempo muy valioso.
Sin dejar correr la aguja del reloj ni un segundo más, formó un sello de clonación. Respiró hondo…
… y creó tres Kage Bunshins a su lado. Sus reservas de chakra bajaron ostensiblemente, pero sabía que, de haberlo querido, todavía podía crear más. Por suerte no sería necesario. Contaba con su Hermano para ayudarle en el rastreo.
—Dale, Akame. Uno de mis clones volverá a la última posición donde les vimos, intentando localizar un rastro. Los otros dos les buscarán por el Este y Norte de estas ruinas, y más allá… —Dicho y hecho. Uno de los clones salió corriendo hacia la cobertura en la que Iekatsu y su dama se habían refugiado en primera instancia. Los otros dos, hacia los puntos citados. Activaron el Sharingan. Sabían que les sería de gran utilidad en la oscuridad—. Tú encárgate del otro lado.
Tenían que localizarlos a toda costa. Y cuánto antes. «Joder, ¡estúpido! ¡Tenías que haberle puesto un Sello de Rastreo a Iekatsu por si sucedía algo así!». Escupió un esputo de sangre a los pies del hombre. No valía de nada lamentarse ahora.
—Así que jugamos a eso. —Aquel tipo era como el Centinela. Un hombre duro, quizá todavía más duro, curtido en mil batallas y que no se dejaba amilanar tan fácilmente—. Quizá no sepamos con quién está realmente, pero… Algo me dice que tampoco está con quién tú querrías, ¿me equivoco? Si esa fulana representa un peligro para Iekatsu, y es también tu enemiga, eso nos convierte en aliados provisionales, ¿eh?
»Y a todo esto, ¿de qué cojones me conoces? —Aquel punto le estaba poniendo la piel de gallina.
Sin dejar correr la aguja del reloj ni un segundo más, formó un sello de clonación. Respiró hondo…
… y creó tres Kage Bunshins a su lado. Sus reservas de chakra bajaron ostensiblemente, pero sabía que, de haberlo querido, todavía podía crear más. Por suerte no sería necesario. Contaba con su Hermano para ayudarle en el rastreo.
—Dale, Akame. Uno de mis clones volverá a la última posición donde les vimos, intentando localizar un rastro. Los otros dos les buscarán por el Este y Norte de estas ruinas, y más allá… —Dicho y hecho. Uno de los clones salió corriendo hacia la cobertura en la que Iekatsu y su dama se habían refugiado en primera instancia. Los otros dos, hacia los puntos citados. Activaron el Sharingan. Sabían que les sería de gran utilidad en la oscuridad—. Tú encárgate del otro lado.
Tenían que localizarlos a toda costa. Y cuánto antes. «Joder, ¡estúpido! ¡Tenías que haberle puesto un Sello de Rastreo a Iekatsu por si sucedía algo así!». Escupió un esputo de sangre a los pies del hombre. No valía de nada lamentarse ahora.
—Así que jugamos a eso. —Aquel tipo era como el Centinela. Un hombre duro, quizá todavía más duro, curtido en mil batallas y que no se dejaba amilanar tan fácilmente—. Quizá no sepamos con quién está realmente, pero… Algo me dice que tampoco está con quién tú querrías, ¿me equivoco? Si esa fulana representa un peligro para Iekatsu, y es también tu enemiga, eso nos convierte en aliados provisionales, ¿eh?
»Y a todo esto, ¿de qué cojones me conoces? —Aquel punto le estaba poniendo la piel de gallina.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado