18/06/2018, 18:28
—Woah, Datsue... Has gastado mucho chakra en esos Clones de Sombra —comentó Cicatrices, como le había apodado a falta de un nombre—. ¿Crees que es prudente?
—Podría hacer otros tres más sin despeinarme —mintió, como respuesta. Pues claro que no había sido prudente. Pero ante una situación tan desfavorable y a contrarreloj, se necesitaban de medidas intrépidas.
Entonces, le lanzó el cebo, al que Cicatrices respondió con otro. Ambos se sonrieron. Uno, con dientes amarillentos y rodeado de cicatrices. El otro, tan blancos y rojos como la niebla ensangrentada. Por fuera, eran opuestos. Por dentro…
—Sabes muy bien que no sería un gesto de buena voluntad, sino de estupidez.
O de suicidio. No era un iluso. En sus condiciones actuales, con tan poco chakra, no sería rival para semejante mole. Pero entonces el mercenario le pilló a pie cambiado. ¿Qué ellos habían tocado las narices a demasiada gente? Una verdad como un templo. A Datsue le faltaban dedos para contar a las personas que había jodido. Pero, ¿influyente? ¿Poderosa? Qué él recordase…
«A ver… Con la movida de Rokuro Hei se salió con la suya. En Isla Monotonía junto a Kaido y Akame… Vale, ahí jodí a mucha gente, pero no puede estar relacionado. En la misión con Eri y Akame matamos a un líder de una antigua secta que… Pero no, imposible. No tendrá nada que ver. Al Centinela al saldar la Marca del Hierro… A unos cabrones en el País del Viento… A Ayame. A Daruu. A Kaido… Descartados todos». Datsue veía muchos puntos inconexos, sin relación entre ellos. ¿O sí? ¿Había algún denominador común para algunos de ellos? Ahora que lo pensaba, sí había creído encontrar una conexión entre la secta del anciano al que habían asesinado y la tumba del desierto. ¿Acaso…?
Sacudió la cabeza. No se le daba bien atar tantos cabos bajo presión. Menos cuando el mercenario no paraba de hablar. Le soltó, de improviso, que su Hermano había torturado y matado a uno de sus muchachos. Conociéndole como le conocía, era más que probable.
El Uchiha resopló en una media sonrisa ante la broma de kusareños. «Espera… ¿Acaba de soltarla para ganarse mi confianza?» Joder, no podía fiarse. No podía.
—Es posible. —No, Akame no le había contado aquella historia—. Tampoco es como si fuese algo nuevo para ti, ¿eh? Vi como tu Jefe degollaba a uno de tus compañeros —le recordó. Hablaba de Yamiria, aquel extraño día en que los muertos no estaban muertos—. Y que yo recuerde, aquel día os salisteis con la vuestra. No jodimos a nadie.
»Venga —le apremió—. Empieza a darme algo de luz en toda esta mierda, o pensaré que no te necesito… vivo. ¿Qué cojones es lo que quieres de Iekatsu? ¿Qué quiere Tome? ¿De qué va todo esto?
—Podría hacer otros tres más sin despeinarme —mintió, como respuesta. Pues claro que no había sido prudente. Pero ante una situación tan desfavorable y a contrarreloj, se necesitaban de medidas intrépidas.
Entonces, le lanzó el cebo, al que Cicatrices respondió con otro. Ambos se sonrieron. Uno, con dientes amarillentos y rodeado de cicatrices. El otro, tan blancos y rojos como la niebla ensangrentada. Por fuera, eran opuestos. Por dentro…
—Sabes muy bien que no sería un gesto de buena voluntad, sino de estupidez.
O de suicidio. No era un iluso. En sus condiciones actuales, con tan poco chakra, no sería rival para semejante mole. Pero entonces el mercenario le pilló a pie cambiado. ¿Qué ellos habían tocado las narices a demasiada gente? Una verdad como un templo. A Datsue le faltaban dedos para contar a las personas que había jodido. Pero, ¿influyente? ¿Poderosa? Qué él recordase…
«A ver… Con la movida de Rokuro Hei se salió con la suya. En Isla Monotonía junto a Kaido y Akame… Vale, ahí jodí a mucha gente, pero no puede estar relacionado. En la misión con Eri y Akame matamos a un líder de una antigua secta que… Pero no, imposible. No tendrá nada que ver. Al Centinela al saldar la Marca del Hierro… A unos cabrones en el País del Viento… A Ayame. A Daruu. A Kaido… Descartados todos». Datsue veía muchos puntos inconexos, sin relación entre ellos. ¿O sí? ¿Había algún denominador común para algunos de ellos? Ahora que lo pensaba, sí había creído encontrar una conexión entre la secta del anciano al que habían asesinado y la tumba del desierto. ¿Acaso…?
Sacudió la cabeza. No se le daba bien atar tantos cabos bajo presión. Menos cuando el mercenario no paraba de hablar. Le soltó, de improviso, que su Hermano había torturado y matado a uno de sus muchachos. Conociéndole como le conocía, era más que probable.
El Uchiha resopló en una media sonrisa ante la broma de kusareños. «Espera… ¿Acaba de soltarla para ganarse mi confianza?» Joder, no podía fiarse. No podía.
—Es posible. —No, Akame no le había contado aquella historia—. Tampoco es como si fuese algo nuevo para ti, ¿eh? Vi como tu Jefe degollaba a uno de tus compañeros —le recordó. Hablaba de Yamiria, aquel extraño día en que los muertos no estaban muertos—. Y que yo recuerde, aquel día os salisteis con la vuestra. No jodimos a nadie.
»Venga —le apremió—. Empieza a darme algo de luz en toda esta mierda, o pensaré que no te necesito… vivo. ¿Qué cojones es lo que quieres de Iekatsu? ¿Qué quiere Tome? ¿De qué va todo esto?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado