18/06/2018, 22:53
(Última modificación: 18/06/2018, 22:54 por Uchiha Akame.)
Hida respondió con otra carcajada igual de breve y rota a la bravuconería del Uchiha. Luego, el silencio reinó durante unos instantes —que al mercenario se le hicieron eternos— hasta que Datsue se dignó a contestarle. Y sus palabras, haciendo referencia a aquel hampón de Yamiria apodado "El Jefe" y a lo allí sucedido, no hicieron sino sacarle otra risotada, esta vez más sincera, al hombre cubierto de cicatrices.
—¡Por las Siete Fortunas, muchacho! —dijo, con sorna—. Realmente no tienes ni puta idea de lo que está ocurriendo.
Entonces Datsue dijo algo que hizo al Kaguya alzar una ceja, entre sorprendido y divertido.
—¿Tome? ¿Así se ha presentado? —las cicatrices de su rostro se contorsionaron en lo que parecía ser un gesto pensativo—. Menuda perra.
Sea como fuere, Hida parecía haber llegado a la misma conclusión que el Uchiha, y mucho antes. En ese preciso momento necesitaba ser visto como alguien útil; una forma muy fácil de lograrlo era usar apenas unas migajas, un simple retazo de lo que realmente estaba pasando tras las bambalinas, para mantener la atención de Datsue.
—Te veo perdido, Datsue. Por suerte para ti, y como bien dijiste antes... Somos "aliados provisionales" ahora mismo —ya no había rastro de la sonrisa en la cara de Hida—. Lo que quiero de Toritaka Iekatsu es lo mismo que vosotros; que siga con vida, por ahora. Algo totalmente opuesto a lo que busca esa mujer y que, salvo que tu compañero se dé una prisa de cojones, ocurrirá muy pronto. Si es que no ha pasado ya.
El robusto Kaguya se encogió de hombros.
—Y, joder, te aseguro que la gente que me paga jamás se mancharía las manos de esa forma —agregó, de repente—. Degollar a un puto ratero es cosa de los hampones de nivel medio como El Jefe.
—¡Por las Siete Fortunas, muchacho! —dijo, con sorna—. Realmente no tienes ni puta idea de lo que está ocurriendo.
Entonces Datsue dijo algo que hizo al Kaguya alzar una ceja, entre sorprendido y divertido.
—¿Tome? ¿Así se ha presentado? —las cicatrices de su rostro se contorsionaron en lo que parecía ser un gesto pensativo—. Menuda perra.
Sea como fuere, Hida parecía haber llegado a la misma conclusión que el Uchiha, y mucho antes. En ese preciso momento necesitaba ser visto como alguien útil; una forma muy fácil de lograrlo era usar apenas unas migajas, un simple retazo de lo que realmente estaba pasando tras las bambalinas, para mantener la atención de Datsue.
—Te veo perdido, Datsue. Por suerte para ti, y como bien dijiste antes... Somos "aliados provisionales" ahora mismo —ya no había rastro de la sonrisa en la cara de Hida—. Lo que quiero de Toritaka Iekatsu es lo mismo que vosotros; que siga con vida, por ahora. Algo totalmente opuesto a lo que busca esa mujer y que, salvo que tu compañero se dé una prisa de cojones, ocurrirá muy pronto. Si es que no ha pasado ya.
El robusto Kaguya se encogió de hombros.
—Y, joder, te aseguro que la gente que me paga jamás se mancharía las manos de esa forma —agregó, de repente—. Degollar a un puto ratero es cosa de los hampones de nivel medio como El Jefe.