19/06/2018, 14:19
Lo que primero llamaría su atención, quizá, fue la estantería que había a su izquierda. Abajo, donde más se acumulaba el polvo, libros de la Academia. Principios Básicos de Ninjutsu. De Taijutsu. De Bukijutsu. Geometría y cómo usarla en un combate (I). Tres tomos de Control de Chakra… Y, en resumen, los libros obligatorios de la Academia. Arriba, en cambio, libres de polvo, manga. Había una colección entera de un Shōnen sobre un ninja de la antigua Konohagakure. También otro, de un tono más adulto, protagonizado por una kunoichi de Kirigakure.
Al otro lado de la cama, un escritorio. En la pared, rodeado de posters, un pequeño tablón con distintas fotografías pegadas. Karma halló a Ringo y de nuevo a su padre. También fotos de él junto a dos amigos, en la Academia. Encumbrándolo todo, una frase: Nunca te rindas.
En el armario, no había más que ropa. Y, en la mesita de noche… Bueno, allí había de todo. Dentro del cajón, folios dibujados malamente, libretas, más fotos… Y, bajo toda esta montaña, sin verse a simple vista, una revista.
La portada era de lo más esclarecedora. Por la mujer de generosas curvas —y no tan generosa ropa sobre ella—, tenía que tratarse de una revista erótica. Definitivamente, lo era.
Al otro lado de la cama, un escritorio. En la pared, rodeado de posters, un pequeño tablón con distintas fotografías pegadas. Karma halló a Ringo y de nuevo a su padre. También fotos de él junto a dos amigos, en la Academia. Encumbrándolo todo, una frase: Nunca te rindas.
En el armario, no había más que ropa. Y, en la mesita de noche… Bueno, allí había de todo. Dentro del cajón, folios dibujados malamente, libretas, más fotos… Y, bajo toda esta montaña, sin verse a simple vista, una revista.
La portada era de lo más esclarecedora. Por la mujer de generosas curvas —y no tan generosa ropa sobre ella—, tenía que tratarse de una revista erótica. Definitivamente, lo era.