25/06/2018, 18:26
Los ojos castaño claros de la anciana se posaron en Karma. Tardó un breve instante en responder.
—Lo… estás —respondió. Hablaba de forma lenta y pesada, como si su boca tardase en ejecutar los pensamientos que le mandaba su mente—. ¿Ves… esa… sala… de… ahí…?
Como si estuviese yendo a cámara lenta, su dedo trazó un arco que tardó segundos —literalmente— en completar. Señaló entonces la estancia que se encontraba a la izquierda, donde había una única estantería con libros gastados.
—Puedes… coger… cualquier… libro… de… ahí… y… dejarme… otro… a… cambio —le informó.
—Lo… estás —respondió. Hablaba de forma lenta y pesada, como si su boca tardase en ejecutar los pensamientos que le mandaba su mente—. ¿Ves… esa… sala… de… ahí…?
Como si estuviese yendo a cámara lenta, su dedo trazó un arco que tardó segundos —literalmente— en completar. Señaló entonces la estancia que se encontraba a la izquierda, donde había una única estantería con libros gastados.
—Puedes… coger… cualquier… libro… de… ahí… y… dejarme… otro… a… cambio —le informó.