27/06/2018, 17:12
El fotograma se dibujó en su mente como si lo hubiera visto con sus propios ojos. Vio a Kaido a unos tres metros de distancia, tal y donde había estado antes de lanzar la bomba de humo, y vio una masa de agua que se aproximaba, arrastrándose por el suelo como una manta raya en el lecho marino, hacia su posición. Ayame no tardó ni un instante en reconocer la técnica y acumuló el chakra en la planta de los pies para evitar verse atrapada y quedar por encima.
«Casi.» Celebró para sus adentros.
Y en el momento en el que abrió los ojos y clavó la mirada determinada de sus iris castaños en su lejano pariente fue su turno de actuar. Entrelazó las manos en un único sello.
—¡Suiton...! —gritó, tratando de llamar la atención del escualo.
Pero no era más que otro engaño, el ataque no vino desde ella. Kaido no se había movido del sitio, y a su alrededor aún se diseminaban los restos de la bomba de agua que había lanzado anteriormente. Fue esa masa de agua, a la espalda del Hōzuki, la que se alzó como una serpiente marina, y giró y giró hasta adquirir la forma de un taladro de punta roma que le golpearía por detrás.
«Casi.» Celebró para sus adentros.
Y en el momento en el que abrió los ojos y clavó la mirada determinada de sus iris castaños en su lejano pariente fue su turno de actuar. Entrelazó las manos en un único sello.
—¡Suiton...! —gritó, tratando de llamar la atención del escualo.
Pero no era más que otro engaño, el ataque no vino desde ella. Kaido no se había movido del sitio, y a su alrededor aún se diseminaban los restos de la bomba de agua que había lanzado anteriormente. Fue esa masa de agua, a la espalda del Hōzuki, la que se alzó como una serpiente marina, y giró y giró hasta adquirir la forma de un taladro de punta roma que le golpearía por detrás.