30/06/2018, 15:03
Poco a poco el muchacho se acercaba al lugar donde los tres estaban escondidos, escuchaban pasos en la distancia, así que no era extraño sentir que pronto él estaría allí. Habían cubierto todas las entradas, y el segundo piso no estaba tan lejos de la entrada. Habían pedido permiso para hacerlo, así que solo tenían que esperar.
Cuando Karamaru llegó, la luz de la habitación se apagó y unos ligeros sonidos se escucharon, pasos apresurados, movimientos suaves, y por último...
El sensei fue atacado por tres genin.
—¡BUH! —exclamó la chica con una linterna bajo su rostro, haciendo que fuese algo bastante horroroso de ver.
Cuando Karamaru llegó, la luz de la habitación se apagó y unos ligeros sonidos se escucharon, pasos apresurados, movimientos suaves, y por último...
El sensei fue atacado por tres genin.
—¡BUH! —exclamó la chica con una linterna bajo su rostro, haciendo que fuese algo bastante horroroso de ver.