3/07/2018, 17:39
Resultó ser que Karma no había estado una eternidad en el interior de Kawarimi no Hon, pero sí un considerable fragmento del día, como no tardó en comprobar al alcanzar el exterior y ser consciente de la posición del sol. La muchacha bufó. «Esa mujer me ha retrasado demasiado...».
Al menos el camino de vuelta se le hizo más agradable, debido a la reducida cantidad de gente que poblabla a esas horas la plaza. «Supongo que sería buena idea preparar la cena en cuanto llegue», reflexionó.
Caminó a lo largo de la calle donde estaba la residencia Yoshikawa. Estaba agotada. Entre la atareada realización de la compra y lo acontecido en la librería...
Pero Karma no podría descansar todavía, porque al llegar hasta el frente de la casa y aproximarse a la puerta de entrada, se percató de que la susodicha estaba entreabierta. Alzó una ceja. «¿Habrá sido Ringo-san...? Un simple despiste. O quizás...».
Se aproximó con precaución. Apoyó la diestra sobre la madera y presionó un poco hacia delante, lo poco que necesitaba para poder asomar la cabeza.
Al menos el camino de vuelta se le hizo más agradable, debido a la reducida cantidad de gente que poblabla a esas horas la plaza. «Supongo que sería buena idea preparar la cena en cuanto llegue», reflexionó.
Caminó a lo largo de la calle donde estaba la residencia Yoshikawa. Estaba agotada. Entre la atareada realización de la compra y lo acontecido en la librería...
Pero Karma no podría descansar todavía, porque al llegar hasta el frente de la casa y aproximarse a la puerta de entrada, se percató de que la susodicha estaba entreabierta. Alzó una ceja. «¿Habrá sido Ringo-san...? Un simple despiste. O quizás...».
Se aproximó con precaución. Apoyó la diestra sobre la madera y presionó un poco hacia delante, lo poco que necesitaba para poder asomar la cabeza.