3/07/2018, 17:59
Karma había sido precavida, como solo los mejores ninjas eran. O los que vivían más años, al menos. Eso, la salvó de una desgracia mayor.
Y es que cuando abrió la puerta, asomando solo la cabeza, algo cayó de arriba. Un caldero de agua, fría a rabiar, que se derramó por toda la cabeza de la kunoichi. Su cuerpo, no obstante, y el libro y la bolsa de compra, salieron ilesas de la trampa. La recompensa por haber obrado con cuidado y solo sacar la cabeza.
De inmediato, oyó un chillido al otro lado de la casa, mitad risa, mitad congoja. Y unos pasos corriendo escaleras arriba.
Y es que cuando abrió la puerta, asomando solo la cabeza, algo cayó de arriba. Un caldero de agua, fría a rabiar, que se derramó por toda la cabeza de la kunoichi. Su cuerpo, no obstante, y el libro y la bolsa de compra, salieron ilesas de la trampa. La recompensa por haber obrado con cuidado y solo sacar la cabeza.
De inmediato, oyó un chillido al otro lado de la casa, mitad risa, mitad congoja. Y unos pasos corriendo escaleras arriba.