7/07/2018, 13:14
Karamaru comenzó a exponerles su punto de vista, alegando que si tres estudiantes podían pillar desprevenido a un genin, es que eran capaces de hacer más que de pensar negativamente sobre ellos. Lenna sonrió tímidamente, pero Kubo no parecía muy contento con el discurso del calvo. Kaji permanecía impasible.
—Lo que acaban de hacer, son tareas que harán en un futuro y no lo hicieron mal, al contrario, lo hicieron perfectamente. Y si lo hicieron perfectamente, ¿Por qué se dejarían meter en la cabeza que ustedes son inútiles? Y si lo hicieron perfectamente, creo que tus ideas de morir en la primer misión no se van a cumplir. Y si a ustedes tres los juntaron no es porque sean vagos, es justamente porque ustedes tres funcionan de maravilla juntos.
Lenna miró a Kaji, quien la miró de vuelta, Kubo bufó, molesto, aunque con algo extraño en su corazón. ¿Aquello era felicidad? ¿Ser reconocido por algo?
—Bien... Tu ganas, Karamaru-sensei —murmuró la chica, aún con aquella sonrisa tímida en el rostro —. Creo que hacemos un gran equipo, aunque seamos una panda de vagos sin remedio.
—Bueno, si nos ponemos, lo podemos conseguir.
Kubo sonrió de medio lado, mientras Kaji se acercaba a Karamaru lentamente.
—¿Nos tomarás como alumnos cuando asciendas a chuunin? —preguntó, inocentemente.
—Lo que acaban de hacer, son tareas que harán en un futuro y no lo hicieron mal, al contrario, lo hicieron perfectamente. Y si lo hicieron perfectamente, ¿Por qué se dejarían meter en la cabeza que ustedes son inútiles? Y si lo hicieron perfectamente, creo que tus ideas de morir en la primer misión no se van a cumplir. Y si a ustedes tres los juntaron no es porque sean vagos, es justamente porque ustedes tres funcionan de maravilla juntos.
Lenna miró a Kaji, quien la miró de vuelta, Kubo bufó, molesto, aunque con algo extraño en su corazón. ¿Aquello era felicidad? ¿Ser reconocido por algo?
—Bien... Tu ganas, Karamaru-sensei —murmuró la chica, aún con aquella sonrisa tímida en el rostro —. Creo que hacemos un gran equipo, aunque seamos una panda de vagos sin remedio.
—Bueno, si nos ponemos, lo podemos conseguir.
Kubo sonrió de medio lado, mientras Kaji se acercaba a Karamaru lentamente.
—¿Nos tomarás como alumnos cuando asciendas a chuunin? —preguntó, inocentemente.