7/07/2018, 17:01
Karma quedó en mutis. Entonces, poco después, empezó a reír, primero muy bajo, ascendiendo el tono gradualmente, como un géiser que va tomando fuerza para finalmente emanar a borbollón.
Eran unas carcajadas sinceras, dignas de una niña pequeña que ha logrado tomarle el pelo a alguien. Así había sido, al fin y al cabo.
—No necesitas ningún antídoto, idiota. Tu comida estaba limpia —afirmó con cachondeo, para entonces añadir—: ¡Y tienes suerte, porque había pensado en darte un laxante haciéndolo pasar por uno! Pero con verte así de desesperado me es suficiente.
»Así es el mundo ninja, Ringo-san. Tú me engañas y me atacas por la espalda, yo también.
Eran unas carcajadas sinceras, dignas de una niña pequeña que ha logrado tomarle el pelo a alguien. Así había sido, al fin y al cabo.
—No necesitas ningún antídoto, idiota. Tu comida estaba limpia —afirmó con cachondeo, para entonces añadir—: ¡Y tienes suerte, porque había pensado en darte un laxante haciéndolo pasar por uno! Pero con verte así de desesperado me es suficiente.
»Así es el mundo ninja, Ringo-san. Tú me engañas y me atacas por la espalda, yo también.