7/07/2018, 17:39
—No te inventes excusas, chaval. Seguro que te hizo gracia ver cómo me caía el agua encima. O peor todavía, ¿igual esperabas que me empapase entera y se me marcara la ropa? ¿Es eso, Ringo-san?
Ringo se sonrojó de pronto.
—Yo no… Karma, ¡eres una pervertida! —Se creen los pervertidos que todos son de su condición, rezaba un dicho. ¿O eran los ladrones? Ringo sacudió la cabeza. Para el caso, tanto daba.
Apoyó las manos en una rodilla y se irguió. Todavía se encontraba raro, extraño. ¿De verdad no había sido envenenado? Cabizbajo, aguantó como pudo la chapa de Karma.
—Espero que te haya gustado la cena.
—Ya… Muy graciosa. —Su cara decía lo contrario—. Bueno, supongo que estamos en paz. Yo aprendí a no comer la comida de una extraña; y tú a no fiarte de nada. Quién sabe, quizá hasta te acabe de salvar la vida, ¿no? Un día estarás en una misión, y se te presentará una trampa parecida, donde en lugar de inofensiva agua encontrarás la muerte. Recordarás lo que te pasó y te salvarás gracias a ello —teorizó—. No te preocupes, no hace falta que me lo agradezcas. Soy el futuro Uzukage, después de todo —empezaba a encontrarse mejor, a recuperar el color en sus mejillas—. Salvar vidas es mi pan de cada día.
Ringo se sonrojó de pronto.
—Yo no… Karma, ¡eres una pervertida! —Se creen los pervertidos que todos son de su condición, rezaba un dicho. ¿O eran los ladrones? Ringo sacudió la cabeza. Para el caso, tanto daba.
Apoyó las manos en una rodilla y se irguió. Todavía se encontraba raro, extraño. ¿De verdad no había sido envenenado? Cabizbajo, aguantó como pudo la chapa de Karma.
—Espero que te haya gustado la cena.
—Ya… Muy graciosa. —Su cara decía lo contrario—. Bueno, supongo que estamos en paz. Yo aprendí a no comer la comida de una extraña; y tú a no fiarte de nada. Quién sabe, quizá hasta te acabe de salvar la vida, ¿no? Un día estarás en una misión, y se te presentará una trampa parecida, donde en lugar de inofensiva agua encontrarás la muerte. Recordarás lo que te pasó y te salvarás gracias a ello —teorizó—. No te preocupes, no hace falta que me lo agradezcas. Soy el futuro Uzukage, después de todo —empezaba a encontrarse mejor, a recuperar el color en sus mejillas—. Salvar vidas es mi pan de cada día.