9/07/2018, 15:49
Y entonces, por primera vez en su vida, su mejor as bajo la manga falló. Haberlo intuido de antemano no hizo la caída más dura. Porque él, pese a ver el peligro, decidió apostar por su póker de ases. Nadie se hubiese atrevido a decirle que era una mala jugada. Tan solo resultaba que su oponente tenía escalera real.
Su Saimingan, destrozado por el Kai. No le había dado tiempo ni a entretenerla. Tome volvía a ganarle la partida. Otra vez.
—¡Datsue-kun, ella tiene razón! —Datsue miró a su Hermano—. Nuestra misión era proteger al señor Iekatsu hasta llegar a este lugar, nada más. Y, ¿en serio te fías de este... Asesino?
¡Pues claro que no se fiaba! Por eso había colocado un Sello de Maldición Propia en él, para controlarle en caso de traicionarles o paralizarle cuando dejase de ser un aliado provisional. Pero, por supuesto, tampoco se fiaba de ella. Y, lo que era más importante, por una vez en su vida, intentaba hacer lo correcto.
¿Por qué todo el mundo estaba poniéndoselo tan difícil? Como si hacer lo correcto ya no fuese complicado de por sí.
Cicatrices volvió a escupir mierda por la boca. Sinceramente, no ayudaba nada en absoluto. Al contrario. A cada palabra que soltaba, más convencía a su Hermano de que era mala idea aliarse con él.
Datsue chasqueó la lengua.
—Akame… ¡Ahora somos jōnins! ¿¡Qué tipo de jōnin deja a su cliente al merced de su verdugo!? Mientras tenga esta placa dorada en el hombro… —pronto descubriría que, para su desgracia, no iba a ser por mucho tiempo—, ¡intentaré hacer lo correcto! Joder, ¿¡a qué coño tienes miedo!? —Normalmente sucedía al revés. Datsue era el que se dejaba vencer por el temor, y Akame el que debía tirar de él—. ¡Por tus venas corre sangre Uchiha! —le recordó. No hay nada como recordarle el clan al que pertenece para motivar a Uchiha Akame—. ¡El mayor Profesional que he conocido y conoceré en mi puta vida! ¡El Campeón del Torneo de los Dojos! ¿Por qué…?
¿Por qué temía? ¿Por qué dudaba? ¿Por qué se había quedado sin habla, la primera vez que había visto a Tome? ¿Por qué sus pasos habían sido indecisos al encararla? ¿Por qué le tenía miedo, antes incluso de descubrir su poder?
¡Plaf! La verdad golpeándole el rostro como una sonora bofetada.
—La conoces… —miró a Tome—. Os conocéis. —No fue una pregunta. Tampoco una afirmación. Simplemente…
… una respuesta. Una respuesta a sí mismo.
Su Saimingan, destrozado por el Kai. No le había dado tiempo ni a entretenerla. Tome volvía a ganarle la partida. Otra vez.
—¡Datsue-kun, ella tiene razón! —Datsue miró a su Hermano—. Nuestra misión era proteger al señor Iekatsu hasta llegar a este lugar, nada más. Y, ¿en serio te fías de este... Asesino?
¡Pues claro que no se fiaba! Por eso había colocado un Sello de Maldición Propia en él, para controlarle en caso de traicionarles o paralizarle cuando dejase de ser un aliado provisional. Pero, por supuesto, tampoco se fiaba de ella. Y, lo que era más importante, por una vez en su vida, intentaba hacer lo correcto.
¿Por qué todo el mundo estaba poniéndoselo tan difícil? Como si hacer lo correcto ya no fuese complicado de por sí.
Cicatrices volvió a escupir mierda por la boca. Sinceramente, no ayudaba nada en absoluto. Al contrario. A cada palabra que soltaba, más convencía a su Hermano de que era mala idea aliarse con él.
Datsue chasqueó la lengua.
—Akame… ¡Ahora somos jōnins! ¿¡Qué tipo de jōnin deja a su cliente al merced de su verdugo!? Mientras tenga esta placa dorada en el hombro… —pronto descubriría que, para su desgracia, no iba a ser por mucho tiempo—, ¡intentaré hacer lo correcto! Joder, ¿¡a qué coño tienes miedo!? —Normalmente sucedía al revés. Datsue era el que se dejaba vencer por el temor, y Akame el que debía tirar de él—. ¡Por tus venas corre sangre Uchiha! —le recordó. No hay nada como recordarle el clan al que pertenece para motivar a Uchiha Akame—. ¡El mayor Profesional que he conocido y conoceré en mi puta vida! ¡El Campeón del Torneo de los Dojos! ¿Por qué…?
¿Por qué temía? ¿Por qué dudaba? ¿Por qué se había quedado sin habla, la primera vez que había visto a Tome? ¿Por qué sus pasos habían sido indecisos al encararla? ¿Por qué le tenía miedo, antes incluso de descubrir su poder?
¡Plaf! La verdad golpeándole el rostro como una sonora bofetada.
—La conoces… —miró a Tome—. Os conocéis. —No fue una pregunta. Tampoco una afirmación. Simplemente…
… una respuesta. Una respuesta a sí mismo.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado