9/07/2018, 17:01
—Buenos días, buenos días —respondió a su vez el chico—. No te ofendas, Karma, pero se me han quitado las ganas de comer cualquier cosa preparada por ti por el resto de mi vida —habló, sincero. Todavía tenía demasiado presente el supuesto veneno que le había echado al arroz—. Te hubiese preparado yo a ti algo… pero no sé qué te gusta —soltó, improvisando una excusa.
El joven se sentó en la mesa y empezó con su desayuno.
—Hoy he decidido ir a la playa —anunció, mientras masticaba un trozo de tostada—. Que hace buen día. —Ya era hora de ponerse moreno.
El joven se sentó en la mesa y empezó con su desayuno.
—Hoy he decidido ir a la playa —anunció, mientras masticaba un trozo de tostada—. Que hace buen día. —Ya era hora de ponerse moreno.