9/09/2015, 21:32
Aunque parecía bastante informado, Pino terminó concluyendo que tampoco era un experto. Sabía lo básico, y que aquel o aquella que lo hubiese hecho era capaz de manipular el chakra de una manera muy fina y perfeccionada, vamos, un shinobi de habilidades muy destacadas. Para nada había sido obra de un genin, pareció entender el albino.
—Mmmm... entiendo...—
Para cuando se quiso dar cuenta, su comentario acerca de que tener a un padre capaz de enseñar algo había hecho mella en él. Pino mostró una sonrisa y una mirada mas que conocida por el Senju, si de algo sabía era de tapar sus verdaderos sentimientos. El joven parecía bastante decepcionado con ese tema, o quizás sufría por algo... ¿Quizás había hecho como el padre de Sendo?
El chico tomó tierra, y quedó tumbado de cara al torreón de madera. Ensimismado, pareció demasiado afectado por las palabras del Senju. Si que son raras las personas, y malas... hacen daño hasta sin pretenderlo. El mundo sería mejor lugar sin personas, era algo obvio.
Sin soltar prenda, Blame se dirigió hacia su anterior posición, donde antes había estado pintando. Sus pasos le acercaron rápidamente hacia la piedra donde reposaba su bloc, sin embargo, no tomó los papeles. Con su zurda, alcanzó a meter la mano en la mochila, de donde sacó un táper. En su diestra aun portaba el refresco de té verde. Sin demasiada prisa, volvió hacia donde estaba el Pino. Dejó la lata a un lado, se sentó, y abrió el susodicho táper.
—Entonces... — Comentó mientras le ofrecía del contenido del táper. —¿Se fue? ¿O aún vive y le odias hasta el punto de desearle la muerte?— Se atrevió a preguntar.
Soltada la pregunta, él también se lanzaría a pillar un trozo de pizza.
—Mmmm... entiendo...—
Para cuando se quiso dar cuenta, su comentario acerca de que tener a un padre capaz de enseñar algo había hecho mella en él. Pino mostró una sonrisa y una mirada mas que conocida por el Senju, si de algo sabía era de tapar sus verdaderos sentimientos. El joven parecía bastante decepcionado con ese tema, o quizás sufría por algo... ¿Quizás había hecho como el padre de Sendo?
El chico tomó tierra, y quedó tumbado de cara al torreón de madera. Ensimismado, pareció demasiado afectado por las palabras del Senju. Si que son raras las personas, y malas... hacen daño hasta sin pretenderlo. El mundo sería mejor lugar sin personas, era algo obvio.
Sin soltar prenda, Blame se dirigió hacia su anterior posición, donde antes había estado pintando. Sus pasos le acercaron rápidamente hacia la piedra donde reposaba su bloc, sin embargo, no tomó los papeles. Con su zurda, alcanzó a meter la mano en la mochila, de donde sacó un táper. En su diestra aun portaba el refresco de té verde. Sin demasiada prisa, volvió hacia donde estaba el Pino. Dejó la lata a un lado, se sentó, y abrió el susodicho táper.
—Entonces... — Comentó mientras le ofrecía del contenido del táper. —¿Se fue? ¿O aún vive y le odias hasta el punto de desearle la muerte?— Se atrevió a preguntar.
Soltada la pregunta, él también se lanzaría a pillar un trozo de pizza.