10/07/2018, 22:25
La muchacha paró más en seco que un carro sin ruedas. Encaró a Ringo e inmovilizó su campo de visión sobre este. Sus orbes dorados casi vibraban por la incredulidad que asaltaba su mente.
—¿Gustarse...? —repitió, intentando digerir la palabra y el concepto abstracto tras esta. Le estaba costando, pero poco a poco comprendió lo que el niño estaba dando a entender—. Espera... ¿qué? ¿Gustarnos? ¿Te gusto, Ringo-san?
Enarboló una expresión de circunstancias, confusa.
—¿Gustarse...? —repitió, intentando digerir la palabra y el concepto abstracto tras esta. Le estaba costando, pero poco a poco comprendió lo que el niño estaba dando a entender—. Espera... ¿qué? ¿Gustarnos? ¿Te gusto, Ringo-san?
Enarboló una expresión de circunstancias, confusa.